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Las autoridades del Consejo Nacional Electoral se resisten a autorizar la observación internacional calificada para las elecciones parlamentarias, aunque presumen de tener un sistema de votación “infalible”. A pesar de la crisis política, económica y social que atraviesa el país, el ente rector mantiene las puertas del proceso cerradas para las comisiones especializadas, quienes pese a sus buenas intenciones ya ven muy difícil sus posibilidades de asistir al país para evaluar todos los detalles de la contienda.
Ezequiel Zamora, exsecretario general del extinto Consejo Supremo Electoral, asegura que, para que haya una buena observación, esa comisión debe estar al menos un mes antes en el país para apreciar todas las auditorias que se le hacen al software y al hardware y para hacer planteamientos de carácter electoral que hagan sus técnicos (el próximo viernes vencería el plazo).
“Hay mucha suspicacia en el exterior con el sistema electoral venezolano. El mito del organismo infalible se cayó, porque para cualquier ente electoral del mundo democrático es un motivo de honor que autoridades y técnicos de otras latitudes auditen tu proceso”, explicó Zamora, quien recordó que cuando estuvo a cargo del consejo siempre fue un orgullo decir que habían sido auditados por decenas de organismos internacionales y que además fueron invitados para ser observador en otros países.
A juicio del exrector, ningún organismo electoral “que se considere serio” puede negarse a recibir la observación. “Es soberbia o locura lo que llevó a la presidenta del CNE (Tibisay Lucena) a declarar que ellos no necesitaban auditoria internacional porque ellos mismo eran la garantía. ¿Garantía para quién?, si permiten que el presidente amenace con no aceptar los resultados si la oposición obtiene el triunfo.
Advirtió que el CNE “es una caricatura mal hecha de lo que debería ser un organismo electoral” y que si niegan la venida de comisiones internacionales es “porque algo traman y ocultan”. “Prepárense el pueblo de Venezuela para cualquier intento de robo de votos. Hay que estar alertar, porque no hay ningún motivo para esto”.
Lo que queda
Jesús “Chúo” Torrealba, jefe del comando de campaña de la Venezuela Unida reiteró que en el país va a haber observación lo quiera o no (el presidente) Nicolás Maduro, lo quiera o no Tibisay Lucena. “Lamentamos que la conducta errática e irregular del Gobierno los haya colocado frente a esta situación de ridículo latinoamericano”, dijo a EFE el dirigente, quien aseguró que los invitados internacionales de la Mesa de la Unidad fungirán como los observadores.
Para el secretario ejecutivo de la coalición opositora, las declaraciones de la rectora Lucena, en las que cataloga de “superflua” la observación internacional, no están relacionadas con la realidad que vive el país en materia política y electoral.
En nombre de la MUD, pidió al gobierno auditar los dólares entregados a organismos oficiales como Corporación de abastecimiento y servicios agrícolas –CASA- adscrita a Misión Alimentación.
Negativa a la observación
– Venezuela había anunciado la observación electoral de la Unasur como la única prevista para estas legislativas.
– El CNE negó la solicitud del bloque opositor que exigió la participación de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (EU), quienes a motu proprio manifestaron su intención de asistir.
– La Corte Electoral Uruguaya (CEU), que preside el Consejo Electoral de Unasur, advirtió el pasado 30 de octubre que “el sentido” de la misión de observación del bloque para esas legislativas “está en riesgo” ante “la proximidad de las elecciones” y la “demora y el agotamiento” de los plazos para la aprobación de la misión.
– El Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil anunció el pasado 20 de octubre que declinaba participar en la misión por falta de respuesta de las autoridades de Venezuela sobre las garantías para una “observación objetiva e imparcial”.
– Por un supuesto veto impuesto por Venezuela al jurista brasileño Nelson Jobim como líder de la misión, lo que sin embargo no fue confirmado por la Unasur, que más bien negó tal veto.