Los residentes esperan aún respuestas de Corpoelec y de las autoridades para la sustitución del transformador que colapsó durante el aguacero que cayó en la ciudad el pasado 26 de octubre
Veinte días sin electricidad contabilizan este lunes ocho familias en la urbanización San Jacinto, en el norte de Maracaibo, debido al daño de un transformador por las lluvias.
El transformador G17P13, ubicado en la calle 03, del sector 08, de la referida urbanización, colapsó la noche del pasado miércoles 26 de octubre en medio de un intenso aguacero, lo que dejó sin el servicio a ocho familias que habitan justamente en los bloques que se encuentran diagonal a Pizza Alfredo, según reportó el periodista Jonathan Núñez, a través de su cuenta en Instagram.
“Ese transformador con el palo de agua del miércoles 26 de octubre echó chispas y explotó, desde ese día no tenemos luz”, comentó Nela Rangel, una de las afectadas por el hecho.
Rangel señaló que esperan la respuesta a la carta que entregaron a Corpoelec en Amparo, en la que solicitan la sustitución del equipo dañado.
También reportaron el problema a través de la aplicación habilitada por el Gobierno nacional, VenApp, que les arrojó el número de reclamo S-741611.
Y, además, pidieron la donación del transformador a la Alcaldía de Maracaibo mediante su página web, que les asignó el número 0192F213.
“Estos días han sido horribles”
“Hasta ahora nadie nos ha dado respuesta: ni Corpoelec ni la alcaldía. Estos días han sido horribles, tenemos que conectar extensiones a los apartamentos de los vecinos que sí tienen servicio para poder contar de noche con ventiladores y así poder dormir”, expresó la señora Rangel, de 57 años, a Núñez.
Añadió: “Somos más de 20 personas afectadas por la falta de electricidad. Entre las ocho familias hay muchos niños pequeños que no duermen por el calor y los zancudos, y cuando amanece no quieren ir a clases porque dicen que se sienten mal. Estamos desesperados, necesitamos que Corpoelec nos ponga el transformador o la Alcaldía o Gobernación nos lo donen”, explicó Rangel.
Rangel detalló que los alimentos los guardan en las neveras de vecinos que les hacen el favor para que no se les dañen. “A mí me hace el favor una vecina de guardarme la comida, esto ha sido terrible”, subrayó.
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