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Desde el siglo XVI con la Leyenda de El Dorado el sur de Venezuela ha sido motivo para historiadores. No solamente ha sido la búsqueda del oro el interés por la región, diversos temas han surgido desde la controversia por el Esequibo, los presos de la dictadura perezjimenista en Guasina, la historia de Henri Charriere “Papillón”, la actividad de los garimpeiros brasileños hasta el interés de las potencias mundiales por el Amazonas.
Mientras Tumeremo, el pueblo herido, llora en las calles los 28 mineros masacrados, las explicaciones de lo ocurrido colocan otra vez contra la pared a un Gobierno que le sigue debiendo al país la verdad sobre el asesinato del Fiscal Anderson, las sospechosas muertes de civiles y militares en actividades gubernamentales y los 43 estudiantes y opositores asesinados en el 2014 en las calles de Venezuela a manos de los esbirros de la dictadura.
En el centro de este aniquilamiento en el sur de Venezuela está el oro. El alcalde Lugo de El Callao, habla de 26 masacres que van desde el año 2000, que ya han costado más de 90 muertos. ¿Cómo se explica que en una zona militarizada se produzca una matanza de esta naturaleza?.
Todo hace pensar que el régimen esconde algo. El gobernador Rangel se enreda en las explicaciones y no se hace presente en el lugar de los hechos, el ministro de la Defensa Vladimir Padrino rechaza que se culpe al Ejército y revela en desmedro de su autoridad que bandas armadas con 10 mil hombres controlan la zona, la Fiscalía no le ofrece protección a los testigos y finalmente Maduro, una vez más, acusa a Uribe y los paramilitares de estar detrás de este episodio.
Venezuela atraviesa una crisis económica muy grave. El país paga demandas internacionales por expropiaciones voluntaristas de Chávez. Recientemente se conoció que pagó en operaciones “swap” al Deutsch Bank 23 mil millones de dólares con el oro de las reservas que han caído a 13 mil 500 millones de dólares. Se sabe sin explicaciones del Banco Central de Venezuela que se han vendido 3,5 millardos en oro. Que Chávez le entregó concesiones en el 2011 a los chinos para explotar el mineral y que Maduro le entrega ahora a la canadiense Gold Reserve otras concesiones, lo que podría explicar que la limpieza de mineros de la zona por parte del Gobierno, haya producido la masacre. Maduro está en el ojo del huracán.