Dicen que los tiempos para ser dializados se reducen al no contar con las maquinas que les permite mantenerlos estables
Entre la vida y la muerte, están más de 250 pacientes renales que acuden al Centro de Diálisis de Occidente (CDO), adscrito al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), al no recibir el tratamiento adecuado que les garantiza la sobrevida antes y después de someterse a un trasplante de riñón.
En la mañana de ayer, pacientes tomaron la avenida 15 de Delicias, donde manifestaron su preocupación, durante una concentración que inició en el CDO, en la calle 74. La principal queja es que 12 de las 36 máquinas disponibles para dializar “permanecen dañadas”.
Los médicos se solidarizan al hacer todo lo que está a su alcance para suministrar los tratamientos existentes, además de la escasez de estos, agudiza más las condiciones. La única respuesta que les dan es que no hay dólares para importar los repuestos de las maquinas.
“Son insumos hospitalarios que no venden en farmacias y no se consiguen por ningún lado, hay que parirlos como sea. Ya han muerto dos compañeros por esta causa”. Explicó uno de los integrantes de la protesta.
Tratamiento vitalicio
En promedio tres veces a la semana deberían dializarse los pacientes renales. Lunes, miércoles y viernes o martes, jueves y sábado, tres o cuatro horas cada día, durante años, hasta ser trasplantados.
La vida de una persona cambia cuando le diagnostican falla renal y la única opción es recibir hemodiálisis o diálisis peritoneal, para reemplazar la función que sus riñones ya no pueden realizar. La situación se complica ante la falta de cupos, medicamentos, reactivos, insumos y personal en las unidades de diálisis.
Antonio Vílchez (69) relata el drama en el CDO: “Esto nos afecta a todos porque no recibimos el número de horas de tratamiento, porque las máquinas que funcionan son pocas, solo recibimos dos horas de diálisis que no son suficientes, sin mencionar que por razones diversas llegan más pacientes renales lo que disminuye las horas de tratamiento”.
Una de las personas concentradas en el lugar contó su odisea. Su padre es dializado en el recinto y no tienen respuesta de cuándo repararan los las máquinas.
“Averiguamos y nos informan que están de manos atadas que solo pueden atender por dos horas a los pacientes mientras llegan los técnicos de las máquinas de diálisis”.
La mayoría recibe tratamiento de hemodiálisis. La persona es conectada a una máquina por un acceso vascular, el cual puede ser una fístula o catéter, a través del cual la sangre pasa del organismo a una máquina, allí se eliminan las toxinas. El equipo realiza la función de los riñones y luego la sangre regresa a la persona. Para esto el paciente debe ir a una unidad hospitalaria o
Una de las personas concentradas en el lugar contó su odisea. Su padre es dializado en el recinto y no tienen respuesta de cuándo repararan los las máquinas.
“Averiguamos y nos informan que están de manos atadas que solo pueden atender por dos horas a los pacientes mientras llegan los técnicos de las máquinas de diálisis”.
La mayoría recibe tratamiento de hemodiálisis. La persona es conectada a una máquina por un acceso vascular, el cual puede ser una fístula o catéter, a través del cual la sangre pasa del organismo a una máquina, allí se eliminan las toxinas. El equipo realiza la función de los riñones y luego la sangre regresa a la persona. Para esto el paciente debe ir a una unidad hospitalaria o particular o extra hospitalaria.
José González tiene 23 años siendo dializado y habla con propiedad sobre esa dependencia y desgaste. “Esta enfermedad te da mucho desgaste, no te permite luchar. Uno quiere ir a los organismos a denunciar para que las cosas cambien, pero no es fácil. Por eso tomamos la calle ya que es la única forma de ser escuchados”.
Visita oficial
Hoy a las 10.00 de la mañana hará acto de presencia la directora Regional de Salud Omaira Prieto y el personal de asistencia social para investigar y evaluar de primera mano la situación de los pacientes renales.