Panamá, que solo ganó la Serie en 1950, rompió con la hegemonía cubana, pues la novena de la isla había ganado tres títulos en finales realizadas en el país centroamericano, y a esta cita acudió como invitado y anfitrión
Panamá se coronó este domingo campeón de la 61 edición de la Serie del Caribe, disputada en la capital panameña después de 59 años, tras vencer a Cuba 3 carreras por 1.
El lanzador ganador fue Harold Araúz (2-0), el perdedor el cubano Freddy Asiel Álvarez (0-2) y el juego salvado le correspondió al exgrandes ligas Manuel ‘Manny’ Corpas (4-0).
La trayectoria de Panamá en el torneo de más alto nivel profesional del béisbol de la cuenca del Caribe fue sorpresiva hasta para los organizadores, con un desempeño de tres victorias, ante Puerto Rico dos veces y una frente a República Dominicana, más una derrota ante los quisqueyanos.
En la novena entrada Corpas sacó en fila a los dos primeros bateadores en rodados inofensivos al campo interior, pero el cubano Frederich Cepeda se negaba a morir y disparó doblete a la línea del jardín derecho, para ponerle tensión al momento, porque al bate llegaba Alfredo Despaigne, el mejor en el ataque isleño.
Pero la experiencia de Corpas en la gran Carpa le valió para con dos lanzamientos montar a Despaigne en dos strikes, para retirarlo en elevado profundo a la pradera central, para que Panamá conquistara la segunda Serie del Caribe en su historia.
Por su condición de invitado, y a pesar de ser el anfitrión, Panamá no recibirá ningún premio en metálico por el galardón, según la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe, lo que provocó disgusto en los miles de aficionados.
“¡Que le paguen, que le paguen!” gritaban miles de fanáticos en el estadio Rod Carew cuando llamaron a los panameños que obtuvieron premios individuales, como Javier Arauz, el Jugador Más Valioso del torneo.
Cuba, subcampeón y también invitado, tampoco recibirá ningún premio en metálico, porque en ese país aún está vetado el béisbol profesional, de acuerdo con la Confederación.