La patronal venezolana Fedecámaras condenó el atentado con explosivos del cual salió ileso el pasado sábado 4 de agosto el presidente de su país, Nicolás Maduro. La misma pidió que haya una investigación “con seriedad” que esclarezca los hechos
Carlos Larrazabal, presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), dijo en una rueda de prensa que la salida a la profunda crisis económica y política que atraviesa Venezuela debe darse por la vía democrática y electoral.
Pero aseguró que el Gobierno cerró esa vía. “Entonces, cuando se cierran las vías democráticas corremos el riesgo de que salgan aventuras de todo tipo, las cuales nosotros rechazamos”, señaló.
Maduro interrumpió un acto con militares en el centro de Caracas después de que varios drones con cargas explosivas detonaran en las cercanías de la tarima presidencial, según explicó el Gobierno, una información que ratificó este lunes la Fiscalía.
El ataque contra Maduro se produjo cuando el presidente ofrecía, en cadena obligatoria de radio y televisión, el discurso de cierre por la celebración de los 81 años de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada).
La transmisión mostró antes de cortarse a los militares formados rompiendo filas de manera desordenada y cómo evacuaron al ministro de Defensa, Vladimir Padrino, tras escucharse una detonación.
Pocas horas después, Maduro acusó del ataque a Santos y a la ultraderecha de Colombia y Venezuela, lo que ha motivado que la oposición alerte sobre una “posible ola de represión” para incriminar a dirigentes políticos por lo acontecido el sábado.
En tal sentido, Fedecámaras, que es la principal patronal venezolana, pidió que “cualquier investigación que se realice sea hecha con profesionalismo y con seriedad”.
“Nos preocupa que de forma apresurada salgan a hacer acusaciones de todo tipo”, indicó Larrazabal.
El atentado contra Maduro ocurrió en medio de la severa crisis económica que padece Venezuela -el país con las mayores reservas de petróleo del planeta-, que se traduce en escasez de todo tipo de productos, hiperinflación y una pésima prestación de los servicios públicos.
Por estas razones, en el país se desarrollan a diario decenas de protestas, en demanda de comida, transporte, agua, electricidad y mejores salarios, entre otras exigencias.