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La fiesta de jonrones en la que se ha convertido la presente temporada de las Grandes Ligas ha despertado la atención de los espectadores, aunque no más que la de sus protagonistas. La gran cantidad de cuadrangulares que se disparan en las Mayores empieza a crear suspicacias entre los lanzadores. Todo esto, a pesar de que Rob Manfred, comisionado de las Grandes Ligas, la empresa Rawlings, fabricante de las pelotas, y cualquier cantidad de estudios afirman que las bolas no tienen ningún cambio para este campeonato.
De hecho, una investigación de USA Today Sports revela que aunque no hay una acusación pública a Major League Baseball, o algún juicio a la pelota, la mayoría de los lanzadores consultados cree que las bolas usadas este año han cambiado en relación a la temporada anterior.
La polémica la comenzó David Price, de los Medias Rojas de Boston, quien luego de una apertura donde permitió tres carreras, producto de dos jonrones, decidió tomar la batuta por la unión de los lanzadores. “Estoy 100 % seguro”, señaló el zurdo de Boston a USA Today cuando le preguntaron si las esféricas eran diferentes en 2017. “Todos hemos hablado sobre eso”.
Luego que el ganador del premio Cy Young en 2012 decidiera soltar su opinión, inmediatamente recibió el apoyo de otros colegas. “Hay mucha gente infeliz con el béisbol y estoy recibiendo la misma información”, dijo Dan Warthen, coach de pitcheo de los Mets de Nueva York. “Son las pelotas. Las están tirando más duro, pero están consiguiendo menos movimientos, así que se están quedando colgadas allí. Tiene que haber alguna investigación”.
Festival de jonrones
Para el pasado 29 de junio se habían disparado dos mil 922 jonrones. Eso da una tasa de 2.52 vuelacercas por juego, así que MLB está en ritmo de eclipsar los seis mil jonrones, rompiendo el máximo récord histórico.
Con Aaron Judge, de los Yankees, y Cody Bellinger, de los Dodgers, siendo las nuevas caras jonroneras del certamen, las proyecciones apuntan a que estarían dejando atrás los cuadrangulares colectivos establecidos en plena era de los esteroides, puesto que en un año se batearon cinco mil 693 cuadrangulares totales (una tasa de 2.34 por juego) que se dieron en la temporada 2000.
Los batazos de cuatro esquinas han alcanzado el punto que se proyecta que para septiembre se podría alcanzar la nueva marca, a pesar de que los elevados se han incrementado menos de 1 % desde 2016.
Ya hay 14 jugadores que han conectado 20 jonrones, o más, en la presente campaña, colocándose en un ritmo de 40 bambinazos al momento de concluir el torneo. Hace un año, solo ocho peloteros dispararon 40 jonrones. Incluso, tres años más atrás, el dominicano Nelson Cruz fue el único en mandar a volar 40 tablazos de vuelta completa.
En todos los parques
Por mucho tiempo el Dodger Stadium de Los Ángeles fue considerado el paraíso de los lanzadores, ahora es el noveno parque en el que se conectan más jonrones. El cavernoso Target Field de Minnesota, el cual fue el escenario más difícil para sonar vuelacercas cuando abrió sus puertas en 2010, ahora es el quinto más fácil este año.
“Básicamente, se siente como si cada parque fuera Colorado”, declaró Brad Ziegler, relevista de los Marlins de Miami. “Hay algo diferente con las pelotas. No tengo nada para cuantificarlo, pero la bola no se siente igual. Se siente diferente para mí, más dura y más apretada que en el pasado”.
En Triple A salen menos
El estelar serpentinero de los Rays de Tampa Bay, Chris Archer, asegura tener prueba que en las Grandes Ligas se están utilizando pelotas alteradas. “Es un hecho que las usadas en Triple-A viajan 30 pies menos que las de las Mayores, con la misma velocidad de salida y el mismo ángulo”, explicó el lanzador sobre las pelotas. “Sería diferente en las ligas menores, por el efecto de tus envíos quebrados o el movimiento de tu recta”.
También se están quejando de las costuras de la pelota que están generando más ampollas en los pitchers. “Nunca había tenido una ampolla en mi dedo anular, y (este año) tuve una enorme. Y ahora que se fue, tengo una uña rota en mi dedo anular”, dijo David Price.
MLB niega cambios en la bola
Desde Major League Baseball insisten que las pelotas no son diferentes a las utilizadas hace un año y aunque reconocen que las encuestas con los fanáticos muestran la popularidad de los jonrones, Manfred se burla de las teorías de la conspiración.
“Como un esfuerzo en el control de calidad”, dijo MLB en un comunicado a USA Today Sports, “rutinariamente realizamos pruebas en temporada y fuera de temporada de béisbol en conjunto con nuestros consultores en UMass-Lowell para asegurar que cumplen con nuestras especificaciones. Todos los resultados de las pruebas recientes han estado dentro de las especificaciones”.
Mientras más y más teorías aparecen para explicar la amplia cantidad de jonrones, las pelotas siguen volando por los distintos parques de béisbol y maximizando las cifras históricas jonroneras. Algo es claro, la controversia no se detiene, y por el contrario se abre más espacio a las especulaciones dentro y fuera de los diamantes. Con la nueva política antidopaje de MLB, el dopaje está descartado. Otros estudios apuntan al incremento de la recta. ¿Qué será lo que propicia tantos jonrones?