Los gritos de dolor del muchacho alarmaron a los vecinos, mujeres, hombres y niños se acercaron hasta la casa para saber qué había sucedido, lo vieron tendido en el suelo, la sangre le corría por el rostro, los brazos, las manos y parte de la ropa
Luis Enrique, de 10 años, jugaba con su hermanita, cuando de pronto un perro callejero lo mordió en la cabeza y el cuello, dejándolo casi muerto. En una vivienda del barrio 23 de Marzo, parroquia Ildefonso Vázquez del municipio Maracaibo; la desgracia tocó la puerta de los Blanco, nunca imaginaron que el animal que habían recogido de la calle y alimentaban a diario resultara una amenaza.
Los gritos de dolor del muchacho alarmaron a los vecinos, mujeres, hombres y niños se acercaron hasta la casa para saber qué había sucedido, lo vieron tendido en el suelo, la sangre le corría por el rostro, los brazos, las manos y parte de la ropa. El perro seguía a su lado, "relamiéndose los dientes, saboreando la sangre que le había quedado en la encía", así lo detallaron los testigos a los funcionarios de la Policía científica.
Los padres del niño, lo levantaron, lo subieron en un vehículo particular y posteriormente lo trasladaron hasta el hospital Adolfo Pons, los médicos de guardia atendieron la emergencia, le suministraron medicamentos para evitar la infección, detuvieron el sangrado, lograron estabilizarlo por tres días. "Su estado se complicó, murió debido a una sobredosis de medicamentos", aseguro un familiar a las afueras de la morgue forense.