en este domingo, pongamos la mirada en nuestra fidelidad a Dios, más que en los frutos de nuestro trabajo. Como siervos de Dios, si hay frutos son providencia de Dios, si no los hay, tranquilos!!!, hemos sido fieles a Dios, porque hemos perseverado, porque hemos permanecido unidos a Él, que es el autor de la Vida
El Evangelio de este Domingo nos presenta el pasaje de Jn 15,1-8; en el cual Cristo presenta a sus discípulos la auto-revelación de la permanencia a través de la metáfora de la vid y el sarmiento. Al presentarse Jesús como la vid, está identificándose como el proveedor de la vida y de la prosperidad, es él quien da la sabia para que el sarmiento viva, si no está unido a él, simplemente se muere el sarmiento que somos nosotros como seguidores de Cristo. El fruto no va a ser el destino de la permanencia, sino el instrumento para invitar a otros a unirse a esta vid. Así como un árbol con frutos llama la atención, así un cristiano con frutos de fe y vida eterna llama la atención para invitar a otros a creer en Cristo. Por consiguiente tenemos que, si el cristiano tiene su mirada en los frutos, es como el comerciante que quiere producir mucho en todo momento; al contrario, el cristiano debe tener sus ojos en la permanencia y en el estar unido a la vid, porque eso significa que está vivo y tiene la oportunidad de la salvación. Si hay frutos en el caminar del servicio, son providencia de Dios, si no hay, y somos perseverantes, entonces hay fidelidad a Dios; lo cual es lo último y único fruto que el Señor pide a sus siervos.
Por eso hermanos, en este domingo, pongamos la mirada en nuestra fidelidad a Dios, más que en los frutos de nuestro trabajo. Como siervos de Dios, si hay frutos son providencia de Dios, si no los hay, tranquilos!!!, hemos sido fieles a Dios, porque hemos perseverado, porque hemos permanecido unidos a Él, que es el autor de la Vida.
Feliz domingo para todos