En un video publicado en redes sociales, en el que se muestra lo que parece ser una peluquería canina o clínica veterinaria, un pequeño perro mestizo, de orejas puntiagudas y mirada serena, posa con una compostura digna de elogio.
Frente a él, un profesional de bata blanca se dispone a cortarle las uñas, tarea que suele generar ansiedad incluso en los animales más tranquilos.
El animal ni se inmuta. Sentado sobre la mesa, permite con paciencia que le levanten una pata, luego otra, y otra más. Ni un gruñido ni un intento de escape.
Los usuarios no tardaron en encariñarse con el can. Algunos querían saber si se trata de un perro de terapia o si ha sido entrenado específicamente para tolerar ese tipo de manipulaciones.
Sin embargo, algo en su mirada delataba que esa calma fuese más una estrategia que una muestra de buen carácter.
Los segundos finales del video revelan una historia completamente diferente.
Al terminar la sesión, el dueño del perro lo coloca con cuidado dentro de una mochila especialmente diseñada para transportar mascotas. No ha habido incidentes.
Pero cuando su responsable da media vuelta y pasa junto al profesional que minutos antes le había cortado las uñas… la reacción del perro cambia radicalmente.
Desde el interior de la mochila, el hasta entonces tranquilo protagonista comienza a ladrar con furia desatada. Gruñidos, bufidos, ladridos cortos y secos. Todo dirigido con precisión al pobre trabajador, que se queda paralizado, entre desconcertado y divertido.
Fuente: Xcatalunya
Que valiente cuando se siente seguro. 😂😂 pic.twitter.com/b8DFHzfMt5
— Jenica (@Jenica73062531) March 15, 2025
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