En el casco central de Maracaibo, específicamente en el mercado popular Las Pulgas, el tema de la venta del dinero en efectivo parece no tener solución, billetes de cualquier denominación tanto nacional, como extranjeras circulan a la vista de comerciantes, transeúntes y autoridades
En el casco central de Maracaibo, específicamente en el mercado popular Las Pulgas, el tema de la venta del dinero en efectivo parece no tener solución, billetes de cualquier denominación tanto nacional, como extranjeras circulan a la vista de comerciantes, transeúntes y autoridades.
Esta operación cambista se afianza con más fuerza en la costumbre de los marabinos. No tener control por parte de las autoridades correspondientes en esta actividad, eleva la posibilidad de falsificación de los billetes, lavado de dinero y otros movimientos financieros ilícitos.
Los que se manejan en este sistema son hombres y mujeres de todas las edades, con bolsos tipo escolar. Este procedimiento se realiza sin restricciones y sin ningún tipo de ley.
Los vendedores se acercan sin miedo alguno a los vehículos y a las personas con fajos de billetes, ofreciendo el mejor precio para la compra y venta, cual producto de primera necesidad.
La tasa que manejan para el cambio es según la denominación de la moneda y de la cantidad de dinero que requiera el cliente. El porcentaje es menor para los billetes de baja denominación y no se reciben billetes rayados o deteriorados, porque en Maicao no los aceptan, aseguró una fuente que pidió no ser identificada.
Los clientes acuden a los servicios de estos “operadores” con la intención de hacerse de dinero en efectivo, para realizar compras en los distintos comercios y para el pago del transporte público.
“Es irregular y a la vez ilegal que sucedan estas cosas en Maracaibo, porque esto nos afecta a todos”, aseguró Javier Serrano, visitante del mercado Las Pulgas.
La avenida Libertador a la altura del puente España se encuentra colapsada a cualquier hora del día por los vendedores de divisas, impidiendo el paso a vehículos y transeúntes.
“Los correctivos correspondientes son necesarios porque esta situación no tiene justificación”, afirmó María Rosales, comerciante de la zona.
Atrás quedaron los anuncios y letreros de “se compran, se venden dólares y pesos colombianos”, para dar paso al desplazamientos de sujetos por los distintos rincones del mercado Las Pulgas, ofreciendo una posibilidad de intercambio monetario a propios y visitantes.