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Las cifras de robos en el cementerio municipal de Cabimas son alarmantes. Y es que los delincuentes no solo se dedican a profanar tumbas, sino que a mano armada atracan a los familiares de los difuntos a cualquier hora del día, una vez que entran al camposanto. Representantes de la Cámara Municipal declararon el espacio en emergencia.
El problema aqueja con mayor fuerza desde finales del año pasado, pero en enero y lo que va de febrero la situación ha empeorado. Los vándalos se esconden detrás de las paredes o las rejas de los panteones, de la maleza y de los árboles para luego sorprender a sus víctimas.
Y es que la falta de vigilancia policial es el principal problema, por lo que los usuarios del espacio piden a los organismos de seguridad mayor patrullaje dentro y fuera del área para que con tranquilidad puedan asistir al lugar.
Los ediles solicitaron la instalación de un comando unificado conformado por efectivos del CPBEZ, Policabimas y Guardia Nacional para garantizar la seguridad de los visitantes. Pidieron la participación de representantes de la Dirección de Ambiente para que asee el espacio.
Y es que los concejales no se conformaron con recibir las denuncias, sino que inspeccionaron el camposanto. Contabilizaron alrededor de 30 urnas profanadas. “El foco de contaminación es elevado, hay muchas urnas abiertas, las familias vienen a visitar a sus muertos y no los encuentran”, dijo el concejal Ewuard Weir.