Pinta cuadros con la sangre de sus víctimas

Luis Alfredo González Hernández, el nuevo “Comegente”, mató y descuartizó a sus víctimas para comérselas en medio de un ritual satánico

Piel morena, cabello castaño, barba poblada, labios gruesos, nariz aguileña, ojos oscuros de mirada penetrante, oculta un secreto; Luis Alfredo González Hernández, denominado por los detectives del Eje de Homicidios de la Policía científica como el nuevo “Comegente”, en honor a Dorángel Vargas Gómez (60), el caníbal del estado Táchira; es un artista antropófago, después de matar a sus víctimas las destaza para comérselas. Nada puede desperdiciarse, con la sangre derramada durante la preparación y posterior cocción pinta cuadros.

Funcionarios del cuerpo detectivesco, adscritos a la subdelegación de San José de Barlovento, buscaban al asesino en el estado Miranda, los trabajos de campo realizados en los poblados, barriadas y zonas residenciales arrojaron buenos resultados; lograron capturarlo, ayer en la mañana, por el delito de homicidio. Durante el interrogatorio admitió su culpabilidad, descuartiza los cadáveres, les arranca la piel de los músculos con un cuchillo.

El comisario general Douglas Rico, director de la Policía científica, comentó a través de su cuenta en la red social twitter que los efectivos recibieron docenas de denuncias; mujeres, hombres y niños están desaparecidos desde hace meses. Hasta el momento es difícil contabilizar la cantidad de infortunados que perdieron la vida a manos del Hannibal Lecter de la entidad mirandina. En la finca donde detuvieron al hombre, hallaron restos humanos enterrados debajo del piso de cemento pulido. La policía presume que se trata del propietario de las tierras. 

Cuando el equipo de criminalística llegó acompañado por los efectivos de la Policía regional iniciaron las primeras experticias. Los técnicos forenses, encargados de colectar las evidencias; rompieron el piso, agarraron una pala, cavaron, la sorpresa no pudo ser mayor, en el interior del hueco había una osamenta, era posible observar la columna vertebral, el cráneo, fémur, costillas. Los pedazos estaban justo ahí, ante la mirada atónita de los investigadores. 

Sentado en una silla del comando policial, el detenido aseguraba que la víctima lo contrató para que le prestará un servicio funerario, el cual consistía en descuartizarla, verter su sangre en un envase y pintar lienzos con sus cenizas. Si, también le pidió que roceara gasolina, encendiera un fósforo y la quemará. Los uniformados escucharon la declaración, “un ritual satánico” repetían entre ellos.

Antecedentes

El asesinato más reciente de Dorángel Vargas Gómez, alias el “Comegente”, es el de Anthony Correa y Juan Carlos Herrera, sus compañeros del Cuartel de Prisiones de Politachira. Familiares de las víctimas aseguraron que el caníbal cocinó la carne, el “Grillo”, líder del pabellón, la sirvió en platos al resto de la población penal con arroz no sin antes obligarlos a alimentarse de una de las cabezas. 

En 1999 la desaparición de 12 hombres detonó las alarmas de la policía del Táchira. En una precaria vivienda habitaba un personaje siniestro, interceptaba a hombres que caminaban por las orillas del río Torbes, los mataba con una lanza y los descuartizaba. Se comió el corazón de Cruz Baltazar Moreno, una sus primeras víctimas, a las otras les sacaba los ojos para echárselos a la sopa. Guardaba las partes humanas que comería, enterraba aquellas que lo indigestaban, como manos, pies y cabezas.

 

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