
El homicida se bajó a pocos metros del niño muerto a ver si su carro había sufrido daños y luego se dio la fuga
El hambre fue la perdición de Maikel González. La emoción de poder saciar el ardor que le carcomía el estómago nubló su sentido común y le impidió percatarse de que la muerte se aproximaba a toda velocidad por la avenida Delicias en la medianoche del pasado viernes.
El impacto del vehículo fue de tal contundencia que le desprendió parcialmente el pie derecho al joven, justo arriba del tobillo, donde terminaba el botín rústico que portaba sin medias. La tibia cercenada quedó expuesta entre el tejido graso y la piel desgarrada que a duras penas sostenía el calzado con el pie aún dentro.
Testigos cuentan que el joven wayuu de 13 años caminaba por el corredor vial Delicias a la altura de Tostadas 25, cuando intentó cruzar la calle para ir por una hamburguesa que le ofrecía una señora que iba de paso por la zona.
En medio de la oscuridad, Maikel no vio que un vehículo Ford Ka y un Mazda de señas no especificadas venían compitiendo por la vía a exceso de velocidad, cuando ocurrió lo inevitable. Un flash de luces, el impacto y un niño que salió volando por el aire y estrelló su cara contra la isla pintada de amarillo, fue lo que alcanzaron a ver los horrorizados espectadores fortuitos.
Los curiosos corrieron a socorrer al joven, a mirar o quizás desvalijarlo de lo poco que cargara, pero aquella escena de un cuerpo endeble sangrando por la nariz y los oídos los dejó impávidos y con nauseas.
Nadie lo conocía, tampoco alcanzaron a ver la placa ni detalles de los culpables que se dieron la fuga con todavía más velocidad que la que causó el siniestro.
“El pequeño murió al instante, y durante los minutos por socorrer a Mikel, el chofer del Ford Ka solo se detuvo a escasos metros del lugar, y se preocupó por ver qué le había sucedido a su vehículo” comentó uno de los testigos.
La furgoneta del CICPC llegó e hizo lo suyo. El cuerpo de Maikel pasó la noche en el anonimato, hasta que a las 8.00 de la mañana de este sábado familiares que lo buscaban angustiosamente lo identificaron en la morgue de LUZ.
Extraoficialmente se conoció que efectivos del CPBEZ lograron ver a los vehículos implicados en la muerte del adolescente indígena cuando hacían piques en Delicias y ahora tratan de dar con el paradero de los responsables.