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Luis Antonio Barrios Argüello, de 53 años, caminaba rumbo a su vivienda por la avenida 3B del barrio Leonardo Ruiz Pineda, parroquia Coquivacoa; cuando unos antisociales, a bordo de un vehículo Chevrolet, Optra, dorado, lo interceptaron y posteriormente le dispararon dejándolo muerto en el sitio.
Luis Antonio nunca pensó que aquel día sería el último, transitaba, a las 4.30 de la tarde de ayer, por la calle como de costumbre, pero esta vez algo era distinto, unos hombres lo observaban a lo lejos desde un vehículo, aligeró el paso, pero los delincuentes se bajaron y lo persiguieron hasta un local cercano donde se resguardó, enfrente de los clientes lo tirotearon. La sangre le salió por la boca, el rostro y los cinco orificios que tenía en el pecho, cayó al suelo, había muerto.
De inmediato, el dueño sacó a los clientes del establecimiento y cerró la puerta detrás de sí para impedir que los vecinos de la zona contemplaran el cuerpo inerte de Barrios desangrándose. Los presentes reconocieron al occiso, quien vivía a una cuadra del local, fueron a avisarle a su esposa. “Llegaron a la puerta y me dijeron: ‘tirotearon a Tony'”, no lo podía creer.
La familia dice desconocer el móvil del asesinato, aseguran que la víctima era un hombre trabajador, responsable, honesto y muy colaborador. “Nunca tuvo problemas con nadie en el barrio, al contrario, siempre ayudaba a los vecinos en lo que podía”. A pesar de las declaraciones de los parientes de Luis Antonio, la Policía maneja el homicidio como venganza, presumen que los delincuentes que lo mataron pertenecen a un banda de sicarios que desde hace tiempo azota el sector.