Plagian, violan y degüellan a jovencita de 16, en Mara

Las mujeres de la familia con rasgos indu00edgenes lloraban en el terreno baldu00edo cuando hacu00edan las experticias los funcionarios. (Fotos: Josu00e9 Nava)

A Marbelis Fernández (16) la atacaron entre varios, le robaron una bolsa con verduras y alimentos y la arrastraron hasta un matorral del sector La Redoma, en Mara. Los detectives de la Policía científica se llevaron a los hermanos de la víctima a la Comandancia, ellos encontraron el cadáver y debían interrogarlos. La familia intentó impedirlo

La comunidad de La Redoma, en el municipio Mara, reconoció a Marbelis Margarita Fernández Pineda (16) por una blusa roja. Sus homicidas la dejaron en una zona enmontada de la parroquia San Rafael, luego de violarla y cortarle el cuello con un arma blanca. 

Una vecina contó que a la adolescente la vieron, el jueves a las 3.00 de la tarde, por última vez. Sus padres la enviaron a comprar hortalizas a un abasto, cerca de su casa. Presumen que en el trayecto la atacaron. «Mi esposo la vio cuando regresaba como a las 3.30 y llevaba las bolsas de comida». 

Los Fernández explicaron que la buscaron toda la tarde. «Ella no se iba a perder porque sí, por eso nos extrañó que no regresara de la tienda». Con ayuda de la comunidad se organizaron en grupos y recorrieron todo el sector. «Caminamos todo el monte y no la encontramos», detalló una allegada. 

Se pidió ayuda a los Bomberos de Mara y a la Policía regional, pero les respondieron que esperaran, que «seguro andaba con un novio». La insinuación de los oficiales indignó a la familia y siguieron la búsqueda sin ayuda. Los gritos alertaron ayer, a las 8.00 de la mañana, a la comunidad. 

El cadáver de la adolescente con rasgos indígenas estaba boca abajo entre los matorrales, al final de una trilla de barro. Supieron que era ella por la blusa roja que tenía puesta. «En sus partes tenía como un trapito», recordó uno de los familiares con tristeza. 

Al verla, los vecinos describieron que le salía sangre de su cuello «y tenía hormigas en la boca». El resto de su ropa no la encontraron. 

El sitio lo resguardaron familiares, amigos, vecinos y averiguadores, entre todos sumaban unos 80. Al llegar la Policía científica los dispersaron, cercaron el área con una cinta amarilla y hurgaron entre las hojas y el fango por unos 60 minutos.

Los detectives determinaron que los homicidas usaron un arma blanca para abrirle el cuello. «Tenía una profundidad considerable la herida y podría haber sido violada por varios delincuentes». 

Dolidos

Las mujeres lloraban y los hombres acompañaban a las ancianas, entre ellos hicieron una barrera humana para impedir que los medios de comunicación tomaran fotos y los curiosos no observaran el cuerpo. 

Apenas sacaron debajo de unas matas el cuerpo envuelto en una sábana, tres muchachas gritaron. Tres familiares y un detective tomaron los extremos de la sábana de cuadros, los unieron y caminaron hacia la parte trasera de una camioneta, adscrita a la División de Homicidios de la Policía científica. 

Una de las presentes se dejó caer entre la maleza mientras observaba cómo se llevaban el cadáver. Los vecinos trataron de consolarlas y calmarlas, mientras el resto de la familia conversaba con los detectives.

«No, a ella no se la van a llevar», decía una de las mujeres mayores. Presuntamente querían impedir que los funcionarios trasladaran a dos hermanos hasta la delegación a declarar. Ambos participaron en la búsqueda e hicieron el hallazgo.  

Sin sospechosos

Los vecinos alegaron que desconocen quién pudo cometer el crimen. «Por aquí uno sabe quién es el raterito, pero esto es un acto sádico», dijo una vecina, alegando que nunca había pasado algo parecido en la zona. 

Los averiguadores comentaron que desde hace un mes «los chiveros de otro pueblo bajan por aquí, son los únicos extraños». La familia exige justicia y que las autoridades den con los autores del asesinato. 

«Esa muchacha no merecía morir así, uno sabe a quién tiene como vecino y esa familia toda la vida ha vivido por aquí y todos son sanos, los que hicieron esto no merecen estar vivos», comentaban entre sí los curiosos.

 

 

Los familiares cargaron el cuerpo de la víctima hasta la camioneta de los funcionarios.

 

Visited 4 times, 1 visit(s) today