Plata que vale oro

La triplista consiguió en el entrenador cubano Iván Pedroso su principal aliado para explotar su talento. Con cuatro meses entrenando, se coronó campeona de salto triple de pista cubierta y ahora es subcampeona olímpica

Para Venezuela la edición de los primeros Juegos Olímpicos celebrados en territorio sudamericano transcurría con un tinte gris en cuanto a la suma de medallas, pero Yulimar Rojas, una joven caraqueña humilde criada en Puerto La Cruz, llegó para darle al país una medalla de plata que vale oro en el salto triple femenino. La criolla se encargó de inaugurar el medallero patrio en Río 2016 con una marca de 14.98 metros, solo superada por la colombiana Caterine Ibargüen (15.17 m).

Rojas, la triplista más joven en alcanzar una presea olímpica, le dio a la delegación tricolor la primera medalla en atletismo desde que el zuliano Asnoldo Devonish ganó bronce en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952. A pesar de sus grandes éxitos, detrás de ella hay una historia interesante de perseverancia y superación.

Primeros pasos

La clasificación de la selección femenina de voleibol a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 encendió la chispa. Una espigada y delgada jovencita de 14 años se emocionó con esa hazaña y decidió ir al polideportivo de Anzoátegui para practicar esa disciplina, pero no había entrenadores para ese deporte, por fortuna para Venezuela, pero sí de atletismo.

“Me emocioné con su clasificación (del equipo femenino de voleibol). Hice algunas pruebas en los Juegos Escolares Nacionales, pero no había entrenadores de voleibol, por lo que los entrenadores de atletismo se dieron cuenta de mí”, recuerda Rojas, quien recibió ayer su histórica medalla de plata, en una entrevista al portal web de la IAAF.

La primera vez que compitió en una prueba de atletismo fue en lanzamiento de bala. Ella ganó y luego no lo volvió a intentar. En el salto de altura fue que recibió su primera convocatoria a la selección nacional, pero no se pudo unir porque su padre no quiso firmar el permiso. 

De salto en salto

En 2011, conquistó su primer éxito, pues se tituló campeona en salto alto (1.78 m) en el Campeonato Sudamericano de Atletismo de Medellín. En 2013, empezó a practicar salto largo, disciplina en la que conquistó par de medallas doradas en el ciclo olímpico de Río 2016, pero fue en el 2014 cuando tomó la mejor decisión de su vida: iniciarse en el salto triple.

En su debut, igualó el récord nacional (13.57 m), que estaba en poder de Jénnifer Arvelaez desde el 2000. A Rojas le tocó convencer a Jesús Velásquez, su entrenador para ese momento, y a regañadientes logró que la entrenara para ser triplista. Ese mismo año la Gobernación de Anzoátegui y el Instituto Nacional del Deporte le cambiaron su “ranchito”, que se llovía, por una casa. Desde entonces, todo mejoró.

La venezolana, con estatura de 1.92 metros, en medio de su perseverancia se encargó de contactar a Iván Pedroso, nueve veces campeón olímpico de salto de longitud, por Facebook. Ella le dijo que lo admiraba y que soñaba entrenarse con él. El cubano le comentó que estuvo siguiendo su carrera y creía en su talento. 

Rojas le pidió a la Federación Venezolana de Atletismo que contrataran a Pedroso como su preparador y estos aceptaron. Para noviembre de 2015 viajó a Madrid, España, para entrenarse a tiempo completo con él. Cuatro meses después se coronó campeona mundial de salto triple de pista cubierta con un brinco de 14.41 metros, firmó un contrato con la Nike y el domingo se convirtió en la flamante subcampeona olímpica.

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