Políticas que conducen al colapso

Las instalaciones industriales en Venezuela no se están parado porque quieren: se están parando porque no tienen lo que necesitan para producir. La toma (expropiación, confiscación) de una planta parada por parte del Gobierno no solucionara ninguno de los problemas que pretenden resolver

El Gobierno nacional ha decidido ajustar la economía venezolana por la vía de una inusitada y dramática disminución de las importaciones. Esas mismas importaciones que durante la época del reciente boom petrolero sirviera para paliar las disfuncionalidades de un modelo y para el enriquecimiento ilícito. Se estima que las importaciones del 2016, que ya fueron a su vez, menores que el año anterior. Por otra parte, las líneas de crédito de las empresas que operan en Venezuela con sus proveedores internacionales están agotadas por el nivel de deuda del Gobierno que ha acumulado y no ha sido pagada. Todo esto en medio de un control de cambio que impide la existencia de mecanismos legales para la compra y venta de divisas. El resultado era tan predecible como ahora es inevitable: muchas empresas están disminuyendo o suspendiendo la producción por falta de materia prima,  insumos o repuestos. La receta económica que está aplicando el Gobierno tiene como resultado la inevitable parálisis de la empresa.

El planteamiento que se ha venido haciendo desde el Gobierno de “planta parada, planta tomada” es una fórmula para el colapso. Las instalaciones industriales en Venezuela no se están parado porque quieren: se están parando porque no tienen lo que necesitan para producir. La toma (expropiación, confiscación) de una planta parada por parte del Gobierno no solucionara ninguno de los problemas que pretenden resolver. Es, más bien agregar problemas a un país atribulado por la disfuncionalidad de su economía. Si no hay lo que se necesita para producir, no habrá producción, por lo que al tomar una planta el Gobierno se encontrará con que debe resolver el problema original, pero sin los conocimientos necesarios para hacerlo. No hay que olvidar que cada vez que se expropia o se confisca una empresa se destruye conocimiento. Las acciones violatorias de los derechos de propiedad también son un desestimulo adicional a la inversión, justo cuando se requiere crear un entorno adecuado para la recuperación de la inversión privada. Eso creemos.

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