miércoles, diciembre 11, 2024
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Por el bien de la universidad

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El Gobierno envió, hasta el 30 de septiembre, solo 11,78 % de los recursos de funcionamiento de LUZ, correspondientes a las insuficiencias presupuestarias

Nos resulta imposible callar ante las medias verdades. Nuestro ADN de académicos no está compuesto de silencios cómplices. LUZ, como institución plena de miles de profesionales y estudiantes dedicados a la formación de valores, jamás comulgará con el encubrimiento de las mentiras.

Nuestra centenaria universidad ha sufrido desde 2008 una fatiga extrema en las finanzas. El cierre de este año no ha cambiado tal diagnóstico, sino que lo ha confirmado, a pesar de que funcionarios cercanos al Ministerio de Educación Universitaria pretenden hacer ver lo contrario.

Es una falacia afirmar que las universidades venezolanas reciben más recursos al final de cada año que lo solicitado. Esto es un maniqueísmo interesado, un argumento politiquero.

La revisión transparente y honesta de nuestro presupuesto confirma el maltrato del Estado. Nuestros gastos abarcan tres rubros: pagos al personal, funcionamiento y providencias estudiantiles. Pero la inmensa mayoría de los montos establecidos se invierte en la nómina. Como colofón, estos recursos llegan escasos.

El plan aprobado para 2015 arrojó insuficiencias por dos mil 998 millones 454 mil 303 bolívares. Y en LUZ hasta mil 775 millones de ese monto corresponde a gastos de personal. Peor aún, al 30 de septiembre únicamente se ha recibido el 31,5 % de tales fondos -Bs. 946 millones 343 mil 112-.

Hasta septiembre ingresaron a las cuentas de LUZ apenas 41,8 % de las insuficiencias presupuestarias para honrar los beneficios contractuales del personal, 18,78 % del dinero de las providencias estudiantiles y   ¡11,78 % de los recursos de funcionamiento!

Tal como lo leyó: tan solo hemos recibido del Poder Ejecutivo nacional 11,78 % del capital mínimo para la atención urgente de plantas físicas, laboratorios, extensión ambiental, servicios básicos, vigilancia, dotación de materiales a dependencias, facultades y núcleos; aires acondicionados, acondicionamiento de salas sanitarias e iluminación.

El Gobierno ha adoptado la costumbre de honrar gastos de personal y las providencias estudiantiles con montos que superan los solicitados. Cierto. Pero esto es una media verdad con una explicación lógica: la inflación y los ajustes salariales que se experimentan durante todo el año concluyen en una cifra mayor en apariencia, pero menor en su fondo.

Una trampa sumamente grave, vinculada a nuestras finanzas, ha pretendido hallar abrigo en declaraciones de voceros del Gobierno. No lo permitiremos. Siempre elevaremos nuestra voz ante toda manipulación. El supuesto confort de las universidades no existe. Esa sí es una vulgar ficción.

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