La decisión de abstenerme lo impone el principio de la “primacía de la realidad”. Me abstengo de participar porque no creo en los candidatos de la oposición; ellos son títeres del engendro y de los interese cubanos en Venezuela
Sería grosero y una falta de respeto con mis lectores, decirle que me abstengo de votar en las próximas elecciones presidenciales, convocadas por la ANC ilegítima y organizadas por el CNE, ambos organismos dependientes del engendro impuesto por los cubanos, con la anuencia del moribundo “comandante eternamente enterrado” y decirles: porque me da la mismísima gana de hacerlo.
Sin embargo, por respeto a ellos (mis lectores) y a la sociedad democrática venezolana, todos inmersos en el desmadre generalizado causado por el régimen comunista, debo exponer las razones que me obligan a tomar la decisión de “abstenerme” de participar en las próximas elecciones presidenciales.
Soy un defensor a ultranza del voto para decidir el futuro integral del país en cualquier aspecto de la vida ciudadana; es decir, creo inequívocamente en la democracia, en la pluralidad político-partidista y soy enemigo a ultranza del comunismo y de sus consecuencias, que son deleznables.
En ninguna parte del mundo donde haya existido el comunismo como forma de gobierno, ha prevalecido un poder electoral independiente; los cambios políticos, se originan por unanimidad en el seno del “buró político” del partido que detenta el poder: China, exUnión Soviética, Corea del Norte, Vietnam, Cuba y ahora macabramente Venezuela; por cierto, el país que fundó, por dar un término real, la democracia en América Latina.
La decisión de abstenerme lo impone el principio de la “primacía de la realidad”, sostenido en tiempo y espacio por el razonamiento deductivo. Nadie duda que las elecciones de 2012 las ganó Henrique Capriles y no en unas elecciones cerradas; fue el CNE tramposo, psuvista, y comunista, conjuntamente con el Alto Mando Militar corrupto, quienes cambiaron los resultados finales, creando un fraude electoral de proporciones mayúsculas.
La decisión de abstenerme también depende de la fuerza rotunda del razonamiento inductivo; a pesar de que siendo opositor no pertenezco a ningún partido político, coincido con ellos en muchos aspectos, a pesar de ser crítico voraz en otros. Me abstengo de participar, porque no creo en los candidatos de la oposición; ellos son títeres del engendro y de los interese cubanos en Venezuela.
Por razonamiento inductivo por analogía, consideramos que Falcón y los otros, se prestan crematísticamente a los comunistas; por eso, la familia de Falcón de manera “atípica” de un candidato en campaña y supuestamente con chance de ganar, huyen del país, ¿cuál es el temor?