Los habitantes tratan de no usar los baños de su casa porque los residuos se devuelven por las tuberías. El bote de aguas residuales y los baches que ha ocasionado, sumado a la falta de alumbrado público y la inseguridad, forman la lista de quejas de los residentes
Para los conductores que transitan la zona es una tortura, para los habitantes es una calamidad y mientras tanto los años corren con el mismo problema en el sector San Agustín 2. Un bote de aguas negras socava a diario la calle 44 y la avenida 17B, donde 10 familias resultan afectadas, pues por los baños y los porches de sus viviendas brotan residuos fetidos.
Mauricio Silva y sus parientes comen dentro de las habitaciones de su hogar por la pestilencia que les arrebata el olfato. Las ventanas y las puertas deben permanecer cerradas para evitar que se cuele el mal olor o algún zancudo que haya paseado por el líquido estancado.
Desde la acera de su hogar, sale un tubo hacia la carretera y desahoga la presión del líquido. Cuando hay agua en San Agustín 2, los lugareños de la avenida 17B se limitan al usar los baños, porque corren el riesgo de que las aguas negras regresen. La repercusión del bote alcanza las primeras casas de la villa Marina.
Silva contó que en su casa y en las de sus vecinos no dejan salir a los niños a jugar por temor a que se enfermen. “El colapso que tenemos es por el Centro Gallego. Por donde están las canchas pasaba una calle y allí estaban las bocas de visita. Ellos construyeron arriba de las tanquillas y ahora no permiten que Hidrolago entre a reparar”. Los lugareños claman la presencia de una cuadrilla de la hidrológica encargada de arreglar “a fondo la falla” y no de resarcir el daño por poco tiempo.
A la expectativa
“Las veces que ubicamos a trabajadores de la hidrológica y entre los vecinos nos ponemos de acuerdo y les pagamos a los trabajadores para que solventen el problema, pero lo hacen a medias”, reclamó Rixio Castellano, presidente del condominio de la Villa Marina. Acotó que realizaron innumerables llamadas a los entes responsables, quienes se comprometen con visitar la comunidad y no cumplen. Ayer, a la 1.00 de la tarde, los residentes esperaban la llegada de un equipo de Hidrolago.
Aunado al bote de aguas negras, la colectividad de San Agustín 2 exige alumbrado público en las calles. Los baches en la calle y falta de iluminación convirtieron el sector en una trampa para los conductores. Los delincuentes se aprovechan de las condiciones para asaltarlos, en cuanto disminuyen la velocidad.
Afectados
“Hace menos de un año la Alcaldía asfaltó la calle, pero si no arreglan el bote de agua, de nada sirve que la arreglen. No nos podemos sentar afuera después de las 6.00 de la tarde porque nos comen los zancudos”. Gladys Peña, residente
“Al parecer, el colapso de aguas se ha mantenido porque los del Centro Gallego arrojan los desechos por las tuberías, igual que los de los talleres mecánicos que están en la zona. Un día que destaparon, sacaron una pelota de desechos y grasa”. Kelly Burgos, habitante