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Seis de los 17 detenidos que se fugaron, este domingo a las 5.15 de la mañana, del comando de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), en el municipio San Francisco, murieron tras enfrentarse con los funcionarios de ese organismo policial en el sector Sierra Maestra. Los familiares de los delincuentes aseguran que los policías los sometían a todo tipo de torturas, humillaciones y maltratos.
Recostados a la pared frontal de la morgue forense, los parientes de Jaime Enrique Montoya Tavares (27), esperaban lo peor. Cuando la puerta metálica se abrió, las la desesperación los invadió, solo bastaba con observar la reacción de la pareja del muchacho para saber que era uno de los liquidados.
Lloraban, gritaban, se abrazaban entre sí, miraban al cielo como implorándole a Dios que no fuera cierto. Media hora después, la tristeza que los embargaba se convirtió en indignación, aprovecharon la presencia de los medios de comunicación para relatar lo sucedido.
El plan de fuga de los presos se veía distantes hace una semana, “era imposible salir de un centro de arrestos preventivos tan custodiado” sin la ayuda de un tercero. La situación cambio, estrecharon alianzas con Verónica, líder negativa del calabozo de mujeres, a cada uno les entregó un chuzo para que asesinaran al resto de los pranes, detalló un allegado a los Tavares.
Las armas punzo penetrantes no tuvieron ese fin, sino otro. En medio de la oscuridad de la noche, los privados de libertad comenzaron a cavar un boquete en el calabozo cuatro, apartaron las piedras, escondieron los escombros durante días sin que ningún oficial se percatará de ello. “Nada podía salir mal”.
El momento tan anhelado llegó, atravesaron el hueco, corrieron por el patio trasero del recinto penitenciario y saltaron la cerca de ciclón. El plan arrojó buenos resultados, nunca los descubrieron porque contaron con el apoyo de sus compañeros de celda, cantaban y oraban mientras los jóvenes destrozaban la pared de concreto, comentó un testigo, cuyo nombre no mencionó. Y fue así que se dio la fuga.
Al observar el orificio, los uniformados subieron a las unidades de patrullaje, debían dar con el paradero de los evadidos antes de que resultara imposible encontrarlos. Recorrieron los barrios del municipio sureño durante cuatro horas hasta que avistaron a Jaime junto a José Albornoz (20), alias el “Niño, otro de los fugados, en Sierra Maestra.
Los antisociales imputados por el delito robo, recibieron tres impactos de bala en el pecho. Hasta el momento se desconoce cómo ocurrió el careo, los detectives del Eje de Homicidios de la Policía científica presumen que apuntaron a la comisión con armas de fuego y producto del intercambio de disparos cayeron abatidos.
Hipótesis
Sobre una camilla metálica reposaba el cadáver de Brian Díaz, el tercero de los seis fallecidos que aún permanecen sin identificar en la morgue. La familia de José sostiene que se trata de él, los rostros de los occisos conservaron las facciones a pesar de los golpes que les propinaron los policías antes de matarlos.
Algunos de los presentes se arriesgaron a comentar que la muerte de los reos fue planificada. Los efectivos de la PNB después de dejarlos en libertad, los acorralaron en un callejón sin salida de la urbanización La Coromoto, los golpearon y tirotearon hasta provocarles la muerte.
Habla el director
El director de la Policía Nacional Bolivariana, general Luis Morales Guerrero, corroboró la información. Pero, el funcionario apunta que son 14 los detenidos que se fugaron y no 17 como aseguran los familiares.
“Aún no tenemos las identidades y los delitos de esos internos que se fugaron, sólo sé que seis fueron recapturados, tres cayeron abatidos y aún faltan cinco por recapturar”.