El sector agropecuario pide se respeten los costos de producción que se ocasionan por efecto de la inflación en bienes y materias primas para producir un litro de leche
Jorge Núñez, directivo de Fedecámaras y representante el sector agropecuario, informó que el precio de la leche “está paralizado a puerta de corral” desde hace tres semanas por las medidas de control que se imponen a la cadena, por los problemas de movilización de materias primas y el restablecimiento de precios ordenados por el Ejecutivo.
Resaltó que los distribuidores y comercios incrementaron los costos por efectos de transporte, fletes, envases plásticos y otros insumos o materias primas que forman parte de la producción. Lo que impacta en el precio final del producto del circuito lácteo.
Núñez recordó que la ganadería se enfrenta a obstáculos en diversas direcciones. Desde conseguir el combustible para operar las maquinarias en el campo y la industria, con la disminución del cupo que otorga PDVSA en al abastecimiento, hasta la movilización y riesgos por los saqueos y hechos violentos en las carreteras.
“Los productores no podemos transitar cuando vas en la vía trancan la troncal 6 de Maracaibo con Sur del Lago, y la vía que cruza Caja Seca con Trujillo. Esto ocasiona retraso del transporte de alimentos que van a los centros de consumo”.
Consumo
La producción ganadera puede responder a la demanda actual. “Tenemos suficiente carnes para ofrecer a los mercados, lo que sucede es que la Sundde llega a las carnicerías y mercados y sin mediar palabra cierra los establecimiento. Crea una desconfianza entre la cadena cárnica y comercios”.
El directivo pidió que respeten los precios del sector primario porque corresponden a la estructura de costos establecida por los órganos del Estado. Con las instituciones de área de alimentación se evaluaron los costos, golpeados por la inflación.
En este contexto, resaltó que existe una baja en la oferta de avícola, porcina y vacuna. La proteína animal colocada en los mercados cae entre dos y tres kilos per cápita para el pollo y cerdo. Para la carne de res en un año disminuye de 25 kilos a siete kilos per cápita.