Preso el impulsor de la tradición y modernidad

Manuel fundamentó metódicamente, la relación entre modernidad y tradición. Su pecado es no haber sido derrotado por el "comandante eternamente enterrado"

El Sebín, la policía política comunista del engendro heredero, apresó a uno de los líderes más importantes que ha tenido el Zulia en toda su historia; su pecado es no haber sido derrotado por el "comandante eternamente enterrado". Toda Venezuela recuerda cuando el hoy difunto, en una alocución en cadena nacional, lo llamó "desgraciado" y  ordenó de inmediato su detención; al respecto confabuló toda una tramoya para acusarlo por corrupción, donde participaron el Juez corrupto, hoy prófugo de la justicia comunista, Aponte Aponte y el hoy candidato a diputado por la MUD en el Circuito electoral del municipio San Francisco, José Luís Pirela; por cierto, este último ha explicado todos los pormenores de la confabulación.

Ahora bien, ¿por qué esa persecución política? Manuel con su obra de gobierno se ganó el cariño, el afecto y por razones lógicas, el respaldo político-electoral de su pueblo; ha sido uno de los muy pocos gobernantes de América Latina que ha considerado que: modernidad sin atención de las tradiciones de su pueblo sería una catástrofe histórica para los pueblos. Es inhumano menospreciar la tradición porque esta supone ignorar el sufrimiento acumulado, el dolor de nuestros propios antepasados y la angustia de las generaciones que nos precedieron.

Manuel entendió, en su ejercicio gubernamental, que los progresos de las ciencias modernas, los triunfos de la tecnología y hasta los adelantos de la filosofía, las artes y la literatura, han producido un mundo donde el hombre experimenta un desamparo existencial, profundo e inescapable, que no sintió en las comunidades premodernas.

Manuel fundamentó metódicamente, la relación entre modernidad y tradición. Sus obras llevan, implícitamente, el amor por la tradicionalidad de su pueblo: en lo social, cultural, religioso y sobre todo en el gentilicio de ellos; el monumento situado frente a la Basílica es un genuino representante entre modernidad y tradición. Esta obra, es la piedra angular de esa relación. Ese amor, recíproco, no lo va a acabar ni la imbecilidad ni la envidia de unos malnacidos. Quiero para finalizar, manifestar mi rechazo a su detención y exigir su inmediata liberación. Manuel, no es mi amigo, no lo conozco, pero reconozco su gestión, y creo que el difunto tenía razón cuando lo llamó: "el filósofo del Zulia".            

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