“Proclamamos a la beata Teresa de Calcuta, Santa”

El papa Francisco proclamó la santidad de la Madre Teresa de Calcuta ante más de 100 mil fieles católicos. Una mujer que superó un tumor en el abdomen y un hombre que se curó de una infección rara en el cerebro, abrieron las puertas de la santidad a la Madre Teresa de Calcuta ser Santa

El papa Francisco proclamó Santa a la madre Teresa de Calcuta, quien dedicó su vida a los pobres, en una misa de canonización celebrada en la Plaza de San Pedro del Vaticano ante unos 100 mil fieles.

“Proclamamos a la beata Teresa de Calcuta Santa y la inscribimos entre los santos, decretando que sea venerada como tal por toda la Iglesia”, dijo el Santo Padre en latín, quien luego añadió, en italiano: “Que nos ayude a entender que nuestro único criterio de acción es el amor gratuito, libre de cualquier ideología (…) y ofrecido a todos sin distinción de lengua, cultura, raza o religión”.

En la fachada de la Basílica de San Pedro colgaba, ayer en la mañana, un retrato gigante de la misionera, bajo un cielo azul y un sol de verano. Los fieles asistieron a la ceremonia y recibieron con aplausos el anuncio de su elevación a los altares.

“Llevo su nombre y crecí admirando su labor con los pobres y los niños”, dijo a la AFP, Teresa Burley, una profesora estadounidense que vive en Nápoles, donde cuida a niños discapacitados, una vocación inspirada por la religiosa de Calcuta.

Para el Papa, la madre Teresa de Calcuta encarna su ideal de una “iglesia pobre para los pobres”, aunque admitió que habría tenido “miedo” si esta pequeña mujer determinada hubiera sido su superiora.

Tras la ceremonia, el Sumo Pontífice tenía previsto invitar a almorzar a mil 500 personas desheredadas, de las que se ocupan las hermanas Misioneras de la Caridad, la congregación fundada por la Madre Teresa.

Puertas al cielo 

El ritual católico de la canonización, cuya condición es la realización confirmada de dos milagros. Una mujer que superó un tumor en el abdomen y un hombre que se curó de una infección rara en el cerebro, abrieron las puertas de la santidad a la Madre Teresa de Calcuta ser Santa.

Mónica Bersa, de 34, padecía un tumor en el abdomen. En 1998, un año después de la muerte de la religiosa, uno de los médicos que la trataba le colocó en el pecho una medalla que era de Agnes Gonxha Bojaxhiu, nombre secular de la monja y se curó. 

El segundo milagro le ocurrió al brasileño Marcilio Andrino, a quien le diagnosticaron en 2008 una infección en el cerebro e hidrocefalia. Durante un mes lo trataron con antibióticos y a la par rezaba, junto a su esposa, a la Madre Teresa de Calcuta. 

Los médicos habían decidido operar, sin embargo, no fue necesario porque un día se levantó “sin dolores de cabeza y con paz interior”. Su testimonio abrió el camino a la canonización de la Madre Teresa.