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Las alarmas están encendidas para la comunidad científica-académica; generar estrategias efectivas y eficientes es una tarea ineludible para todos los universitarios, principalmente, para quienes tenemos la responsabilidad de gerenciar dichas instituciones. También deben estar alertas quienes ejercen liderazgos en distintos sectores del país, porque la producción de conocimiento es la protagonista cuando se trata de diseñar estrategias para el desarrollo social, económico, cultural, y menguar la capacidad productiva de las instituciones de educación es un error que podría traer mayores problemas al país.
Bien es conocido que en medio de las adversidades que vivió la humanidad en el siglo XX, producto de las dos guerras mundiales y la llamada guerra fría, se gestaron las bases que durante décadas aceleró el proceso de generación científica y tecnológica, además del desarrollo y aplicación de nuevos modelos epistemológicos. Entonces, está demostrado que los periodos de crisis también pueden convertirse en el escenario ideal para el avance de la Ciencia. Y éste debe ser el objetivo que busque alcanzar todo universitario e investigador.
Aunque los niveles de producción científica y tecnológica de Venezuela están lejos de ser ideales, es importante reconocer aquellos hombres y mujeres que se encuentran batallando ante adversidades que se convierten en verdaderos enemigos para la generación de Ciencia y de todo proceso académico. Que nunca desfallezca esa voluntad de generar conocimiento porque esta es la verdadera riqueza de la Nación y la garantía de que sí podemos salir adelante.