Daniel Ferrer Cubillán ahora vive en México, desde donde produce el espectáculo Divinas con un elenco de celebridades reconocidas en toda habla hispana
El productor venezolano, Daniel Ferrer Cubillán es una máquina de disparar palabras con una rapidez impresionante. Habla y se le desborda lo criollo. Es audaz, arriesgado y su talento es incuestionable. Inicio su carrera hace más de 15 años como presentador de televisión, encabezó el elenco de la última telenovela juvenil de RCTV, Pura Pinta, justo antes de su cierre.
Es ganador del premio de la asociación de crónicas del espectáculo de Nueva York por ser el autor de dramáticos para TV más joven de habla hispana. Ha producido más de mil eventos desde Montevideo en Uruguay hasta Bahréin en el Medio Oriente, destacan proyectos como La Homofobia no es Cosa de Hombres, Crónicas Desquiciadas, Disneizuela, La Inmigrante y el más taquillero de la historia teatral en Venezuela, Venezolanos Desesperados.
El periodista de 31 años ahora vive en México, desde donde produce el espectáculo Divinas con un elenco de celebridades reconocidas en toda habla hispana, él es Daniel Ferrer Cubillán.
– ¿Extrañas Venezuela?
– Es imposible no hablar del país y que se me haga un nudo en la garganta. Yo me siento más venezolano que Simón Díaz, sueño y anhelo con volver a casa. En Venezuela está parte de mi familia, mi casa, mis calles, mi comida, mis tradiciones, mi anhelo de libertad. Estoy enamorado del país que mi abuela y mis papás me dibujaron, y que no he podido disfrutar por culpa de un ‘grupito’ que se niega a dejarnos vivir.
– Venezolanos Desesperados marcó una referencia en el teatro nacional. ¿Qué te llevo a concluir el espectáculo en el momento de mayor éxito del proyecto?
– La obra marcó mi vida. Existe un Daniel antes y después de ese proyecto. Hicimos más de 500 funciones, un millón de espectadores, 30 plazas internacionales y el elenco más importante convocado alguna vez en nuestro país. La novedad era tener a la gente que hizo nuestra TV contando las historias del éxodo venezolano. Sin embargo, el país termino por asfixiarme, cada vez era más complicado, pasamos de tener una decena de opciones de vuelos para ir a Maracaibo, por ejemplo, a uno solo al día, todo se empezó a dolarizar menos los sueldos y era una producción muy costosa.
– ¿Te consideras el productor venezolano más exitoso?
– ¡Para nada! Creo que soy un principiante en este negocio. Es mucho lo que me falta por hacer y por aprender. Amo este trabajo y le agradezco a Dios infinitamente que me permita creer y crear. Eso es una bendición.
– ¿Cómo puedes catalogar la experiencia de producir para el mercado mexicano?
– Es un mercado completamente diferente, tienen una forma de realizar las cosas distintas, pero agradezco enormemente esta oportunidad. Es un país muy grande, conquistar a 140 millones de personas no es tarea fácil, pero tengo un objetivo claro, vine a este país y no me iré hasta conseguirlo.
– ¿Habías imaginado alguna vez trabajar en México?
– Claro. Es el Hollywood Latino. Es una asignatura pendiente. Desde hace mucho tiempo era un lugar que anhelaba conocer a fondo, vivir, trabajar.
– ¿Qué tan complicado es trabajar con divas mexicanas?
– Nada complicado. Ellas son mujeres, normales con un trabajo extraordinario y una vida sobre expuesta, estoy seguro que más de lo que ellas mismas quisieran. Las divas lo demuestran llegando puntualmente a sus funciones, teniendo la letra aprendida, siendo responsables y respetuosas con su trabajo.
– ¿Cómo las definirías a cada una?
– Gaby Spanic es una mujer muy noble, buena persona, trabajadora y enamorada de su hijo. Es mejor cocinera que cualquier otra cosa, no se imaginan lo que hace esa señora en la cocina. Paty Manterola y Ana Patricia Rojo son unas profesionales en toda la extensión de la palabra, serias, disciplinas y responsables, de las actrices que pueden tener en 100 elencos. Alicia Machado está muy loca, es divertida, simpática, irreverente, habla sin parar, es auténtica y no tiene filtros. Jessica Coch es encantadora, fresca, sin poses, es una chama buena nota. Sonya es una reina con estructura gringa, cuadrada y correcta. Todas son encantadoras la verdad.
– ¿Es cierto los mitos que existen sobre el divismo de Gaby Spanic?
– Yo creo que es mucho más lo que la gente inventa. Yo solo tengo palabras de agradecimiento para Gaby, ella me abrió las puertas de su casa, se mostró como era, una mujer sencilla, trabajadora. Es profesional, jamás me ha incumplido en nada referente al proyecto. No puedo hablar mal de una persona que ha demostrado con sus acciones ser una mujer muy correcta.
– ¿Qué viene después de Divinas?
– Estoy preparando la versión mexicana de La Homofobia no es Cosa de Hombres con un elenco de figuras realmente glorioso. Tengo un proyecto como periodista muy interesante para Venezuela y un par de cosas que espero primero se puedan concretar para poder hablar ampliamente.
– ¿Descartas la posibilidad de producir nuevamente en Venezuela?
– Jamás, incluso con Divinas iba a ir a Venezuela en junio para hacer una función con Gaby, Alicia, Sonya y Lupita para recaudar dinero para pagar la quimioterapia de los niños con cáncer del Zulia, pero evidentemente las condiciones no están dadas. Mi oficina en Maracaibo sigue funcionando, a media máquina, pero sigue. Estamos produciendo el tributo a Rocío Durcal y arrancando la nueva gira de La Inmigrante con Hilda Abrahamz. Para mí es imposible desprenderme completamente.
– ¿Extrañas a tu talento venezolano?
– Muchísimo, porque incluso algunos se convirtieron en amigos de verdad. A Roxana Díaz la amo con locura, es en parte responsable de que ahora me dedique a esto. Amanda Gutiérrez, Astrid Carolina Herrera, Jean Carlo Simancas, Hilda Abrahamz, Dora Mazzone, Alexandra Braun, Paulita Bevilacqua, Adrián Delgado, Dayra Lambis, hasta a Juliet Lima la extraño. Mi brother Luis Gerónimo Abreu que ahora vive en Bogotá, que por cierto a él le haré la gira de su monologo Camas que está increíble.