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Con el objetivo de exigir la reactivación del programa de trasplantes, Codevida y la ONG Amigos Trasplantados de Venezuela se concentrarán el próximo martes 5 de junio en las puertas del Ministerio de Salud, en el centro de Caracas
El Programa de Donación y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células del Ministerio de Salud tiene un año sin ofrecer injertos renales de cadáveres. La suspensión del sistema de procura cerró la posibilidad a al menos unos seis mil pacientes renales del país, que dependen de la diálisis, de acceder a un órgano que les permita mejorar su calidad de vida.
Los esfuerzos para reabrir el programa fueron en vano. Desde el año pasado, los médicos nefrólogos de seis centros de trasplantes del país solicitaron una reunión a Luis López, ministro de Salud, y a la actual presidenta de Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene), Rosa Aura George, para plantear alternativas y activar nuevamente el sistema de procura, pero hasta la fecha no reciben respuesta.
Fundavene emitió un comunicado el 29 de mayo de 2017 al despacho del ministro de Salud, en el que notificaron la suspensión del programa de trasplante a partir del 1 de junio. Las autoridades de la fundación, creada en 2014, explicaron en la misiva que, pese a las implicaciones de la medida, la decisión era una “estrategia responsable” debido a las dificultades que tenía el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) para ofrecer un suministro oportuno de medicamentos inmunosupresores para la inducción, rescate y mantenimiento de los órganos de los trasplantados.
Por esa preocupación, los miembros de Fundavene solicitaron en la comunicación una audiencia con Luis López para plantearle la “grave situación”, enfatizaron en la carta, que atraviesa el programa de trasplante en el país, sin embargo esa reunión no se concretó y, a las semanas siguientes, hubo una intervención de Fundavene que culminó con el cambio de sus autoridades en noviembre del año pasado.
Para millonarios
La Organización Nacional de Trasplante de Venezuela (Ontv) divulgó en 2017 tres comunicados en los que insistía al Ministerio de Salud reabrir el programa. “En principio, nosotros como organización estamos dispuestos a darle el apoyo para que arranque el sistema de procura y donación; pero nuestra prioridad ahora es salvar el injerto de los tres mil 500 pacientes trasplantados, que pueden perderlo por no tener inmunosupresores”, indicó Lucila Velutini, miembro de la directiva de Ontv.
Las personas que lograron obtener un riñón de donante vivo, previos estudios y análisis de compatibilidad, también quedaron comprometidos por el desabastecimiento de inmunosupresores, que solo otorga el Seguro Social y Badan. Velutini señaló que, actualmente, en algunas clínicas del país se hacen trasplantes de órganos ofrecidos por familiares de los pacientes renales, aunque aseguró que los beneficiados deben asumir costos muy altos para mantener los injertos. “Por ejemplo, si compras una caja de prednisona de 30 pastillas en Europa, con previo récipe e informe médico, le puede costar entre 60 y 80 euros. Una caja de tacrolimus en Estados Unidos puede costar entre 170 y 250 dólares, depende si es genérico o la presentación original. En Badan, solo el micofelonato está costando más de 40 millones de bolívares, y son costos que no pueden asumir todos los pacientes”.
El programa de procura y trasplantes de órganos permaneció bajo la tutela de la Ontv, con la supervisión del Ministerio de Salud, hasta el 2013. El sistema logró subir la tasa de donación de injertos a 4,5 por millón de habitantes hasta el año 2012. En 2014, cuando el Ministerio de Salud asume el programa con la creación de Fundavene, la donación de órganos cayó hasta ubicarse en 0,5 donantes por millón de habitantes en 2016, debido a las deficiencias presupuestarias del Ministerio de Salud, incluso la ausencia de campañas educativas sobre el acto de donación voluntaria, establecidas la Ley de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células. A estas dificultades, se les suma las condiciones de infraestructura y escasez de insumos de los hospitales y el déficit de especialistas.
Los pacientes renales que actualmente, no pueden acceder a un trasplante de riñón enfrentan las dificultades para dializarse en los diferentes centros de hemodiálisis del país por a la falta de insumos, incluso por la inoperatividad de máquinas para realizar el proceso de sustitución renal, denunció la Sociedad Venezolana de Nefrología.
La escasez de inmunosupresores, principal causa de la suspensión del programa de trasplantes, cada vez más se agudiza en el país. La Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida) estimó que la ausencia de medicinas para el mantenimiento de los órganos alcanza 90 por ciento en el Seguro Social, único ente que las entrega gratuitamente a los pacientes trasplantados. La institución no importa medicinas, según afirma su directiva, por “dificultades económicas”. Aún ante este panorama, la delegación del Ministerio de Salud, que acudió recientemente a la 71° Asamblea General de Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señaló que el Estado garantizaba inmunosupresores y demás medicinas de alto costo.
Desde principio del año 2018, las once medicinas antirechazo que toman los trasplantados presentaron fallas de abastecimiento en las farmacias de alto costo del Seguro Social. La Organización Panamericana de la Salud (OPS), a través del Fondo Estratégico, envió inmunosupresores al país durante los primeros tres meses de este año, pero no mandó todas las presentaciones ni las cantidades suficientes para atender la demanda.
Oscuras perspectivas
La escasez comprometió los órganos y cobró vidas de pacientes. Codevida registra que ocho personas trasplantadas del país murieron por no contar con medicinas entre 2017 y 2018; además contabiliza que más 60 personas perdieron su riñón, y algunos regresaron a la terapia de hemodiálisis, entre enero y marzo de 2018.
La Ontv indica que 20 personas con injertos de riñón murieron en los últimos meses tras el rechazo del órgano. “El paciente con trasplante no toma solo una presentación de inmunosupresor. Por ejemplo, si le prescriben prednisona, esa pastilla debe ser combinada con otros dos medicamentos antirechazo para evitar que el órgano se pierda”, enfatizó Velutini, detalló El Pitazo.
En voz alta
Con el objetivo de exigir la reactivación del programa de trasplantes, Codevida y la ONG Amigos Trasplantados de Venezuela se concentrarán el próximo martes 5 de junio en las puertas del Ministerio de Salud, en el centro de Caracas. Allí también pedirán que el despacho haga diligencias para solventar la escasez de inmunosupresores.
Pero ante la premura de los pacientes, un grupo de manifestantes decidió levantar su voz ayer ante la falta del estado para atender a los trasplantados.
La manifestación se llevó a cabo en los alrededores de la sede del IVSS por falta de medicamentos. Exigieron al organismo público que les dieran los inmunosupresores.
Un paciente indicó que protestan debido a que no pueden cumplir con el tratamiento que necesitan para seguir viviendo. “Sin los inmunosupresores estamos condenados a la muerte (…) murieron muchos pacientes por falta de tratamiento”, según publicó El Nacional.