Puros disparates

En el 2001 el cooperativismo se convirtió en punta de lanza de la robolución con créditos blandos que no había que invertir ni cancelar sino robar. En 2005 aparece la cogestión socialista mediante la cual los obreros chavistas se convierten en dueños de las empresas privadas

Desde el comienzo todo fue en retroceso. El innombrable impulsó el obsoleto conuco, sistema monoproductor de subsistencia ya superado. Después se robó 2,5 millones de hectáreas de tierra productiva para entregársela a los inútiles enchufados que las dejaron perder. Maduro insiste en convertir las aulas de clases en conucos con vaca lechera y conejos Bugs socialista y todo, para transformar a Venezuela en potencia agrícola y pecuaria.

El que se creía eterno nos colocó en plena Edad Media con lo del trueque y las monedas comunales, que por supuesto, desaparecieron junto a los cultivos hidropónicos, los gallineros verticales, el crecimiento endógeno, la ruta de la empanada, los helados cubanos los fundos zamoranos, los saraos, y saraítos, los mercalitos y Pudreval. No pegaron una. 

Que poco duró la arepa socialista “reina pepeada” a cinco bolívares autofinanciada, para evitar la explotación del cochino capitalismo. Hasta el propio Ministro trabajaba un día por semana vendiéndola. Quebró porque sus esclavos trabajadores “pasantes del INCE” quienes no percibían salario por ser parte de su formación académica, no tenían para los pasajes. 

En el 2001 el cooperativismo se convirtió en punta de lanza de la robolución con créditos blandos que no había que invertir ni cancelar sino robar. Seis años después, sólo el 17 por ciento estaban activos. En 2005 aparece la cogestión socialista mediante la cual los obreros chavistas se convierten en dueños de las empresas privadas, provocando el fracaso de todas. 

Con defecto de fábrica nacieron los 15 motores de la economía, el Gasoducto del sur, el balneario del río Guaire, el Puente Nigale de Maracaibo, el Banco de la Mujer y el del Pueblo, la cédula del Buen Vivir, el Carnet de la Patria, las bicicletas indias, los pañales desechables que no chorreaban al bebé, la toalla sanitaria socialista reusable que servía hasta para regar las maticas, el caviar  criado en Venezuela con esturiones del mar Caspio.

Pero desde EEUU la guerra económica provoca fallas en todos los servicios públicos y artículos de primera necesidad. Por lo que se recurre al  Ministerio de la Felicidad Suprema del Pueblo y este lunes, se ordena la undécima prórroga al decreto de Emergencia Económica en yuanes que resolverá el caos. Que oiga quien tiene oídos…