Rusia ha resuelto doblegar acciones a favor del chavismo en el poder, traslada militares a Venezuela por centenares, bajo un oscurantismo que deja sinsabores a la comunidad internacional, al mismo tiempo, la cuestionada Irán inaugura una conexión aérea directa con Caracas
Aunque nos duela señalarlo, todo indica que son los factores internacionales los que tienen la última acción; a los habitantes de este país nos queda la vital e insustituible acción de la presión social como grito de auxilio a propios y extraños, presión como ahínco de cambio, presión como estandarte de lucha, aunque ello implique que el pueblo se enfrente desarmado a un régimen pertrechado de todo tipo de armas y violencia institucionalizada.
Rusia ha resuelto doblegar acciones a favor del chavismo en el poder, traslada militares a Venezuela por centenares, bajo un oscurantismo que deja sinsabores a la comunidad internacional, al mismo tiempo, la cuestionada Irán inaugura una conexión aérea directa con Caracas, sin mencionar demás apoyos al castrismo venezolano provenientes de gobiernos no democráticos como Cuba, Turquía, Siria, entre otros ¿A quiénes traen esos vuelos?, ¿qué se llevan al salir del país? Solo caben las elucubraciones en un país desinformado, infectado de inestabilidad e incertidumbre.
La oposición es un hervidero, Guaidó es la punta visible de la oposición orgánica, reconocida mundialmente, ha diseñado un plan que, al parecer, avanza con pies de plomo, lamentablemente, los tiempos de la política no son los tiempos del pueblo, este último desesperado, ensimismado en una coyuntura económica día a día más cruenta e inhumana.
Existen otras oposiciones, probablemente la más resaltante es la de María Corina Machado, quien como humana comete errores, pero siempre bajo la firmeza de sus discursos y actuaciones, ella no tiene organicidad más allá de su partido, es un ala radical de la oposición, probablemente sea la que más se conecta con el pueblo llano (desesperado) pero no forma parte directa de las estrategias ni estructuras del gobierno interino de Guaidó, que es quien lleva la batuta actualmente.
Estado Unidos, Europa y las principales naciones del continente americano son los importantes aliados de Guaidó, en la “política” oculta gana terreno diariamente, mueven sus piezas hacia la asfixia del régimen chavista, solo que esa vía trae secuelas al pueblo, sin embargo, he allí el dilema, una acción militar expedita, la asfixia planificada del régimen o la permanencia por más tiempo del chavismo en el poder traen consigo sufrimiento al pueblo, habrá que analizar (más allá de simples estadísticas) cuál acción es la menos dolorosa para un pueblo harto de sufrir injustamente la importación desalmada del castrismo cubano.
No hay salida fácil, el chavismo se ha atornillado al poder de la mano de cómplices internacionales con iguales inefables características. El pueblo se encuentra atado de manos, dispuesto a mantenerse en las calles, a ejercer todas las presiones requeridas, pero desarmado, protegido solo por su sed de justicia, de democracia y amparado por una comunidad internacional atenta, agotada en su paciencia ante una élite cívico militar que pasó a ser un problema mundial.
En Venezuela lo que determinará el fin de este oscurantismo de 20 años es la presión social, ella generará todos los detonantes que teme el régimen chavista, detonantes que son muchos y diversos… Si hay algo que teme el castrismo venezolano es al pueblo despierto, activo, exigiendo los derechos y libertades que le han sido miserablemente castrados.