Hay
Evocando a Lester F. Ward “el alma humana agregada al cuerpo, semeja una nave donde el instinto constituye la máquina motora, donde el sentimiento es el combustible y el timón la inteligencia desde donde se dirige toda esa embarcación hacia la consecución de algo bueno y útil”. Pero nada de esto se está viviendo en la actualidad, hay masivas manifestaciones de que muchos no buscan ni lo bueno ni lo útil, mas por el contrario se está talando la esencia divina y se está insuflando de maldad el alma humana.
Cada vez el descaro es más grotesco, hay muchos a quienes les resbala tener una buena reputación, más bien aúpan lo bochornoso, y hasta de forma jactanciosa se enorgullecen de hacer delante de todos y en cualquier escenario, un alarde de trampas y deshonestidad.
La depravación es alarmante y puede proceder de quienes menos imaginaríamos. Son tantos los episodios que su persistencia la quieren hacer ver como normal y tan repetidos sus actos en cualquier ámbito que causa desconcierto.
Pareciera un retroceso ¿no sé a qué?, una involución al averno tal vez. Un despliegue de retórica, de excusas sin fundamento, de justificaciones a ultranza.
Al mentir con suma facilidad, la gente está siendo deshonesta; al quedarse con lo que no les pertenece, al omitir lo correcto intencionalmente; son tantas las conductas contrarias a la honestidad, que el desparpajo ha llegado a límites impensados.
Ver con naturalidad aquello que no lo es, asimilar como bueno lo pérfido y devanearse entre la desfachatez y la indignidad son características tan elevadamente comunes que se están desmantelando los valores para que se posicionen los antivalores. Hay quienes se pavonean en holocausto a la perfidia y esos antivalores son los que se están haciendo respetar más que el desempeño honesto y correcto de la gente decente.
Lo que para la gente decente y bien educada, lo que para la gente altruista y amable con forjados principios de honor y corrección sería un sollozo amargo perder el respeto y la propia valía, para otros es un asunto de pugilato delincuencial en el que la mala fama, el desprestigio y la aberración son condecoraciones…. ¡Qué terrible!
Cito a Niccoló Ugo Foscolo “En tiempos de bárbaras naciones colgaban de las cruces a los ladrones, ahora en el tiempo de las luces del pecho de los ladrones cuelgan las cruces”.