Afirmo que hoy es un buen momento para que nos invadan las ganas de construir, educar, vivir, respirar, tomarnos el tiempo para dar aquello que el dinero no puede comprar, sentirnos capaces de hacer un aporte a la sociedad, y mostrar el lado más ético de nosotros
No hay malas hierbas ni hombres malos; solo hay malos cultivadores. Víctor Hugo
Hace días manejando en la calle, un cartel de Pare sostenido por un grupo de maestros me detiene, y durante unos cuatro minutos pude observar cómo los educadores en su noble labor de enseñar, se ponían de escudo para entre varios cargar los niños para que atravesaran la calle sin que se mojaran sus zapatos. En otra escena pude también ver cuando unos adolescentes del liceo, le rompían los vidrios a un camión para que este se detuviera y así poder saquearlo; veo al vecino que irrespeta las normas de vecindad; o el policía que al no encontrar nada fuera de lo común te dice: “sálvame con algo”; quizás mi querido lector usted dirá, “si es normal vivimos en Venezuela “yo hoy me rehúso a que esto sea normal, me indigna temerle más al policía que al delincuente.
Nuestro acontecer diario está repleto de situaciones a solventar y de nubes oscuras a esclarecer con buena actitud, pero siento en lo profundo que es bueno enseñar desde el ejemplo y quizás desde el pararse a demostrar que siempre se puede hacer mejor; no veo un mejor futuro, un país próspero y educado, sin una correcta educación y disciplina, se nos pasa la vida sobreviviendo sin tomarnos el tiempo para respirar y vivir, solo dejando que la aguja del reloj corra en contra nuestra.
Afirmo que hoy es un buen momento para que nos invadan las ganas de construir, educar, vivir, respirar, tomarnos el tiempo para dar aquello que el dinero no puede comprar, sentirnos capaces de hacer un aporte a la sociedad, y mostrar el lado más ético de nosotros, cultivando valores y arrancando raíces que han hecho cerebros pequeños, que nos invadan las ganas de leer, generar negocios sustentables, las ganas de generar conciencia.
Todos queremos crecer, pero ¿nos hemos tomado el tiempo para madurar?… el madurar debería ir tomado de la mano de una conciencia más abierta al aprendizaje, de hacernos conscientes de que nuestra vida y actos influyen en otros, para crear hombres y mujeres que salen a la calle creyendo o no que son capaces de generar el cambio que queremos ver en la sociedad.
Alzo la voz con este mensaje, ya que creo que las críticas a tiempo son mejor que un comentario después de consumirse los hechos y que un acto vale más que mil palabras. Hoy estamos a tiempo de ver en 20 años una sociedad con más cultura que la de hoy, y ojalá que nos invadan las ganas de ponerle corazón pensando diferente.