La invitación hermanos en este III domingo de Pascua es a seguir siendo instrumentos de Dios ofreciendo comida a quien nos las pida, y a continuar trabajando como siervos del Señor para seguir entregando un aliento de vida y esperanza a aquellos amparados por nuestra labor
En este III domingo de Pascua escuchamos una de las apariciones de Cristo a sus discípulos que San Lucas nos reporta, en la cual los discípulos pensaban que Cristo era un fantasma, por eso les dice: "qué tienen de comer"... Evidentemente, un fantasma no come... Cristo está demostrando a sus discípulos su nueva realidad gloriosa, con la cual les está mostrando su prueba de resurrección, la prueba de que él está vivo. Quien pide de comer, está vivo… esa idea a todo cristiano debe movernos en pro de la construcción del Reino de Dios.
Todo aquél que nos pida de comer lo primero que está expresando es que está vivo, que posee aún la existencia, que el aliento de Dios está en él todavía; y si nosotros hacemos algo por esa persona que pide, estamos haciendo algo para que no muera, estamos valorando su vida, estamos reconociendo su dignidad, estamos siendo instrumentos de Dios, con los cuales el Señor continúa ofreciendo su hálito de vida para cada uno de sus hijos.
La invitación hermanos en este III domingo de Pascua es a seguir siendo instrumentos de Dios ofreciendo comida a quien nos las pida, y a continuar trabajando como siervos del Señor para seguir entregando un aliento de vida y esperanza a aquellos amparados por nuestra labor.
Feliz domingo de Pascua...