¿Quiénes se prestan al falso patriotismo?

Venezuela queda ante el mundo, como aquel, que después de dilapidar toda su fortuna, familiares y amigos lo abandonan, lo burlan, lo atacan o lo evitan

Por falta de visión y poca seriedad de este Gobierno y del antecesor, Venezuela queda ante el mundo, como aquel, que después de dilapidar toda su fortuna, familiares y amigos lo abandonan, lo burlan, lo atacan o lo evitan. Si se le acercan, es para arrebatarle lo poco que le queda o para humillarlo. ¿Será por esto que el Gobierno de Guyana, está atacando a Venezuela, con desmesura y atrevida desfachatez?  A no ser, que dan en el clavo las versiones lanzadas al dominio público, por algunos rotativos de cobertura nacional y regional; que el poder de síntesis del periodista Rafael Poleo, las recoge así:  “Maduro extremó el método al traer el tema de El Esequibo, del cual no se puede hablar ni cinco minutos sin caer en cuenta de que Chávez lo entregó a Guyana por orden de Fidel Castro”. 

Indudablemente, Venezuela pasa por la más grave crisis ético-política, por la más escandalosa corrupción gubernamental y por la más peligrosa debilidad económica habida desde que es país. Maduro, juega con candela; porque, para tratar de impedir su derrota electoral en las próximas elecciones parlamentarias del 6-D, pudiera, -sin preveerlo-, provocar una cruenta tragedia en contra de aquellos que discrepan o se oponen a sus fracasadas políticas. 

Este extraño caraqueño, no sabe el costo político que implica lanzar a El Esequibo, como recurso estratégico electoral para evitar su caída. ¡Dios nos libre! Ciertamente lo reiteramos, todos defendemos a El Esequibo porque nos pertenece, es venezolano, es parte de nuestra patria, es nuestro derecho y deber. Pero el pueblo venezolano, ¿puede defender a un Gobierno que ha debilitado tanto a la economía y la moral de la nación, hasta hacer que el pueblo sea cada día más pobre? ¿Qué tipo de patriotismo y revolución es someter a la población a tanta escasez, al reino de la injusticia, a limitaciones y a sacrificios? 

Si la “revolución” perdió la oportunidad de llevar al país a buen puerto y de realizarse desde 1999, nadie puede tolerar que siga desactivando a la economía, que niegue divisas a empresas fundamentales; menos que prosiga con el abandono de la infraestructura y el deterioro de los servicios públicos. Por suerte volvió al tapete el caso de El Esequibo, que pudiera levantar mayor inquietud en pro de los intereses de los venezolanos que sobreviven junto a los hitos fronterizos. Hay que hacer algo para rechazar a la infamia, porque, para decirlo a la manera de Albert Einstein: “El mundo es un lugar peligroso para vivir; no por la gente que son malas, sino por la gente que no hace nada.” 

 

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