Quince minutos en poder del hampa

u00a0Las balas atravesaron las paredes y las puertas de la vivienda. (Foto: Josu00e9 Nava)

Los delincuentes llamaban por teléfono y solicitaban la llegada de refuerzos para continuar con el asalto. Brigadas especiales llegaron a la vivienda en cuanto recibieron la novedad

En la casa N.° 18-82 de la avenida 9 con calle 18 del sector Sierra Maestra ingresaron dos hampones a las 8.00 de la noche por el bajareque de la casa vecina. El comerciante libanés Riad Ezzeddine tomaba un café con su familiares en el porche cuando los sorprendieron los malhechores, el pasado miércoles. Suponen que se ocultaron en casa de los vecinos, pues la vivienda estaba sola desde hacía unos días.

Ezzeddine recordó el momento en el que observó hacia la pared de la casa de al lado y vió a los dos ladrones frente a ellos. "Entré inmediatamente a la casa con mi cuñada, mi sobrino y mi primo, sostuve la puerta del lado de adentro y le dije a los malandros que la señora no quería abrir. Ellos empujaron con fuerza la puerta, sacaron sus armas y entraron".

Los delincuentes amarraron los pies y las manos de los tres caballeros de la familia Ezzeddine, los acostaron boca abajo en el pasillo junto con Hoda Ezzeddine Raad, la cuñada. Tomaron los teléfonos celulares de cada uno, los guardaron en un bolso, y luego levantaron a Riad Ezzeddine, lo desataron y le dijeron que se quedara en ropa interior para promover dudas de lo que hacía Ezzeddine con la dama. Seguidamente, lo abracaron, le colocaron el arma en la cabeza y lo metieron en el primer cuarto de la residencia. 

El comerciante contó que los maleantes lo obligaban a buscar el dinero, prendas y armas dentro su habitación. "Yo les decía que no tenía ningún arma y que me mataran con la misma que encontraran. Sabía que no lo encontrarían, pues nunca he tenido pistolas ni nada". Transcurridos los 15 minutos en cautiverio, la Policía allanó la casa de Ezzeddine, quien desconoce cómo los funcionarios supieron de la situación. 

Hoda Ezzeddine detalló que los malhechores tenían los rostros descubiertos y al escuchar que estaban rodeados, los atacaron los nervios. Contó que uno de los malandros la llevó hasta la última recámara y allí la encerró, después le pidió la llave de la puerta trasera, pero al escuchar a los policías prefirieron no salir. 

"Ellos caminaban de un lado a otro, estaban nerviosos. No sabían qué hacer. Llamaban por teléfono a otras personas y les decían: 'Vénganse, traigan más'. Estaba muy asustada y les decía que se entregaran por las buenas, que no nos hicieran daño". El malhechor sacó a la dama del dormitorio para esconderse él; el otro atracador se encerró en el baño del corredor principal.

Los rehenes aprovecharon que los delincuentes estaban encerrados para salir de la vivienda. En segundos, los funcionarios de la Dirección de Inteligencia y Estrategia Preventiva y del Equipo de Respuesta Especial de la Policía regional ingresaron al hogar e iniciaron el enfrentamiento, donde ultimaron a Miguel Javier Pandoja Colina (21) y a José Antonio Garcés Acosta (24). 

Riad Ezzeddine es oriundo de Líbano, llegó a Venezuela hace 42 años y durante 35 años se ha dedicado a la venta de colchones.

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