domingo, diciembre 15, 2024
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Laguna de enfermedades en Rafito Villalobos

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Las habitantes del sector usan una nevera para ir de una acera a otra. (Fotos: Maru00eda Fuenmayor)

Al menos 200 niños están expuestos a la contaminación desde hace un mes en la comunidad. Una cuadrilla de Hidrolago se presentó en la zona para succionar el agua. La comunidad espera soluciones ante la tubería rota

Un lago de aguas blancas y servidas de 150 metros de extensión es lo primero que ven al despertar los habitantes del barrio Rafito Villalobos, en el norte de Maracaibo, desde hace un mes. Son 20 familias las que viven al borde del nido de enfermedades, que se generó producto de una toma ilegal en la tubería matriz que surte al sector y sus alrededores. Demecio de Arma, habitante de la localidad, explicó que la conexión estaba cerca del colector de aguas negras y el daño en la conexión hizo que se mezclaran al punto que el vital líquido que llega a las viviendas huele mal y genera diarrea, vómito y malestar en los niños.      

Los pequeños corren con una sarna desarrollada por el ambiente contaminado. Miguelina Julio, de 44 años, aseguró que no pueden consumir el mineral que llega a sus casas porque huele mal y les causa malestar. Debe comprar un botellón de agua diario a 800 bolívares: no les alcanza para más. Vive con cuatro niños y depende de dos sueldos mínimos para sobrevivir, por lo que el gasto del agua los obliga a comer una sola vez por día. Los infantes juegan en los alrededores mientras se exponen a los gases contaminados a diario.  

Sarna y necesidad

Roxana Paz, de 37 años, es madre de siete niños y aseguró que todos tienen lesiones en la piel producto de la escabiosis. Uno de ellos tiene ronchas y sensibilidad en todo el cuerpo desde hace tres semanas, que no parecen mejorar. Los médicos le indicaron agua caliente para bañarse y limón para remediar la picazón ya que no encuentran las medicinas. La familia depende del dinero que les envía su padre desde Santa Bárbara. “Las Gobernación y la Alcaldía tienen este barrio en el olvido, aquí lo que sobra es el hambre y las enfermedades. Necesitamos con urgencia que nos ayuden”.     

Al menos 200 infantes rodean el charco por los caminos de tierra y piedra para llegar a clases en la escuela Olga María Abreu. Los que quedaron atrapados entre las viviendas y el lago pagan 50 bolívares en un grupo de vecinos que abordan una nevera dañada que hace las veces de una lancha de remos. Mosquitos, animales rastreros y sedimentos conforman el ecosistema de la zona, sumando al olor a cloaca que llega hasta dentro de los ranchos de lata y bloque. 

Una cuadrilla de Hidrolago llegó hasta el barrio para desahogar el charco, pero no presentaron soluciones ante la tubería rota que contamina el servicio. Los trabajadores aseguraron que darán soluciones a los problemas de uno en uno y en la medida de la disponibilidad. Paz concluyó con un nudo en la garganta que las autoridades regionales y municipales dejaron al barrio en el olvido. “Aquí lo que sobra es el hambre y las enfermedades. Necesitamos con urgencia que nos ayuden”.     

 

María Chávez, habitante de la residencia La Esperanza. “Hasta nuestra residencia llega el agua asquerosa por las tuberías, no la podemos usar así. Todo es culpa de Hidrolago por no sustituir el tubo dañado”.

Félix Camacho, habitante de la residencia La Esperanza. “Los trabajadores que manda Hidrolago siempre piden colaboración con aceite para los camiones, agua para beber e incluso comida. No puede ser”.

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