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En la calle 79I del barrio Libertador hallaron el cadáver baleado y maniatado de Alexánder Felipe Robles Romero, de 20 años. Al joven lo raptaron cuatro delincuentes dentro de su casa, en el barrio Raúl Leoni, el pasado martes y lo consiguieron ayer sin vida.
Los vecinos encontraron el cuerpo de “Felipito”, como le decían cariñosamente a la víctima, con la cabeza bañada en sangre a las 4.00 de la madrugada. Inmediatamente, notificaron a las autoridades y una comisión de la Policía regional se presentó a la parroquia Antonio Borjas Romero.
Tres horas más tarde, llegó Daniela, buscaba a su hermano. Gritaba y preguntaba a los curiosos dónde estaba el cadáver. Los apartó uno a uno hasta toparse de frente con el cuerpo. No se contuvo y lloró amargamente.
La joven suplicó a los curiosos una sábana y cubrió a su pariente. La víctima vestía una franela negra y jean azul. Su correa negra la utilizaron sus homicidas para amarrarle las manos hacia atrás. Estaba descalzo.
Según los Robles, a “Felipito” lo secuestraron a las 3.00 de la tarde del pasado martes. Un vehículo Chevrolet Malibú blanco, de vidrios ahumados y sin retrovisores, se estacionó en el frente de la vivienda, en el barrio Raúl Leoni. Cuatro hombres se bajaron, irrumpieron en la casa, uno de ellos dijo: “Ese es el man”. Lo agarraron y a empujones lo subieron al carro.
El cuerpo lo encontraron 13 horas después, con las manos atadas a la espalda y dos heridas de bala en la cabeza. La Policía científica llegó a la barriada a las 11.00 de la mañana. Los oficiales presumen que lo mataron por venganza, pues al parecer era azote del barrio donde vivía.
La hermana agregó que él tenía un año sin salir de su casa, pues quedó discapacitado de su pie derecho luego de recibir un balazo hace algunos años atrás. Tenía un niño recién nacido y era el tercero de siete hermanos.