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La pasada entrega hablamos de los tres primeros rasgos definitorios del populismo, esa terrible enfermedad de la política que genera engaño y demagogia. Nos referimos a: 1) Antielitismo; 2) Exclusivismo; 3) Caudillismo y 4) Adanismo. En esta segunda entrega nos referimos a los restantes rasgos definitorios: 5) Nacionalismo: Esto es el sentimiento de orgullo nacional llevado a un extremo enfermizo. Es, si se quiere una patología por lo patriota y lo nacional que se parece bastante al chavinismo. Montaner lo dice así: “Una nefasta creencia en la propia superioridad que conduce al proteccionismo o a dos reacciones aparentemente contrarias: a) El aislamiento para no mezclarnos y contaminarnos con los diferentes; o b) El intervencionismo para esparcir nuestro “magnífico” modo de organizarnos, lo que da lugar a sangrientas aventuras. En ocasiones, un nacionalismo extremo genera odio hacia los extranjeros y lo diferente.
El caso del nazismo es una cabal referencia de ello. 6) Estatismo: Esto no es otra cosa que la acción planificada del Estado. De esto resulta la liquidación del crecimiento espontáneo y libre de la sociedad y sus emprendedores. Suponen los populistas que empoderando al Estado se colmarán las necesidades del pueblo “amado”, necesariamente débil y pasivo. El ejemplo más evidente de política estatista, es el caso de la actual Venezuela revolucionaria con su pueblo hambriento y enfermo sin visión de futuro y sus hombres talentosos emigrando. 7) Clientelismo: Millones de personas con hambre y grandes necesidades básicas, a quienes se les dan migajas, a cambio de apoyo electoral y base de sostén político del gobernante. 8) Centralización:
Todos los poderes y la institucionalidad de una nación deben estar centralizados para el debido control –por lo general férreo– de parte del caudillo; gobernante, dictador, autoritarista del momento o la cúpula partidista. De hecho, el caudillo o la cúpula dominante, controla el sistema judicial, el monetario, electoral y el legislativo, ignorándose radicalmente la separación de poderes y el balance y los contrapesos entre ellos.