Una expedición científica australiana recolectó más de cien especies de peces del océano, algunas de ellas sin rostro y otras desconocidas hasta ahora
Una expedición científica australiana recolectó más de cien especies de peces de las profundidades del océano, algunas de ellas sin rostro y otras muy raras y desconocidas hasta ahora, informaron este miércoles 21 de febrero fuentes oficiales.
Estos peces e invertebrados fueron recogidos el año pasado en una zona abisal, a unos 4.800 metros de profundidad, y serán sometidos esta semana a varios análisis, incluidos genéticos, en Hobart, en la isla de Tasmania.
“La investigación recolectó algunas de las especies únicas y más raras”, dijo el director de la Colección Nacional Australiana de Peces, Alastair Graham, en un comunicado de la Organización para la Investigación Industrial y Científica de la Mancomunidad de Australia (CSIRO, siglas en inglés).
Entre los descubrimientos de esta expedición, que recogió más de 42 mil ejemplares, se cuenta el “primo” de Mr. Blobby (Psychrolutes microporos), que habita los mares de Australia y Tasmania y que en 2013 fue nombrado el pez más feo del mundo.
La colección también incluye el redescubrimiento de un pez sin rostro, que no tiene ojos ni boca visibles en su cabeza, así como un pez lagarto y un tiburón bioluminiscente con dientes afilados como una sierra.
También se recogieron de las profundidades de la zona abisal, donde no llega la luz solar, peces trípode que se asientan en el suelo marino con sus largas aletas a la espera de que las presas se pongan a su alcance.
“La zona abisal es el hábitat más grande y profundo del planeta y cubre la mitad de los océanos del planeta y un tercio del territorio australiano, pero sigue siendo uno de los espacios menos explorados de la Tierra”, dijo Graham.
El ictiólogo del Museo de Victoria, Martin Gomon, dijo que el viaje supuso el primer intento sistemático de analizar la vida en las profundidades abismales de la vasta costa australiana.
“Los hallazgos nos permitieron entrever cómo nuestra fauna marina se ajusta en el ambiente interconectado de la zona abisal a nivel mundial y añade otra pieza para los científicos al rompecabezas vinculado a los elementos que afectan a la evolución en los mares profundos”, añadió Gomon.