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El colesterol elevado, la diabetes, el tabaquismo y la hipertensión alta son factores que aumentan el riesgo de producir un infarto sin importar si se ha realizado o no actividad física tiempo atrás. Alberto Negrete, jefe del servicio de arritmias del Centro Médico Imbanaco, manifiesta que el estrés origina descargas de adrenalina que producen vasoconstricción, es decir, la disminución del calibre de un vaso por contracción de las fibras musculares, lo que hace que se enfermen poco a poco las arterias coronarias. Esto puede desencadenar en un infarto agudo.
La recomendación de los expertos es que después de los 35 años el corazón no sea forzado a niveles muy altos. “A todos se nos va envejeciendo el corazón. Es ilógico pensar que un corazón, por más deportista que la persona haya sido, si se esfuerza posterior a los 35 años, este responda igual que cuando joven”, concluye el doctor Héctor Fabio Cruz.
Recomendaciones para los jóvenes
En el año nuevo uno de los propósitos más comunes es ir al gimnasio. Los especialistas coinciden al manifestar que una persona joven debe realizarse un chequeo médico antes de ingresar al centro de acondicionamiento, debido a que es necesario saber cuál es el estado de su corazón, ya que el estar joven no significa que este no pueda tener problemas.
“Es importante antes de comenzar un plan de entrenamiento tener el concepto médico de un deportólogo para evaluar el estado real del corazón. Una vez se haya hecho esto, es necesario plantear los objetivos que se quieren y aclarar los riegos cardiovasculares”, explica Héctor Fabio Cruz, médico deportólogo y especialista en medicina deportiva. Se recomienda la ingesta de alimentos como espinacas, zanahorias, duraznos o fresas, debido a que tienen mayor contenido de micronutrientes. También es importante disminuir el consumo de licor ya que contiene gran número de calorías.
Consejos para mayores de 35
Todos los expertos consideran que las personas mayores de 35 años deben tener más cuidado y control con su corazón. La principal recomendación es realizar ejercicio por lo menos durante 30 minutos diarios. “Con este tiempo de ejercicio se busca que aumente la frecuencia cardíaca por encima de la que se mantiene normalmente en estado en reposo. Esto es bueno para mantener el corazón en un nivel óptimo”, aconseja Gilberto Castillo, vicepresidente de la Sociedad Colombiana de Cardiología. Sumado al ejercicio, es muy importante la reducción del consumo de alimentos con grasas saturadas como las carnes rojas, grasas, leche entera y postres elaborados con crema, entre otros. Todos estos ingredientes favorecen la acumulación de colesterol en el interior de las arterias y las taponan, generando posibles infartos fulminantes.