Simón
El cadáver permanecía en la vía pública. Los vecinos reportaron el asesinato ayer, a las 6.00 de la mañana, a los cuerpos de seguridad. Tres horas más tarde, el cuerpo de Simón Antonio Duque Meza (45) se descomponía sobre el asfalto cuarteado de la parroquia San Isidro de Maracaibo. La comunidad se quejaba, una víctima de la delincuencia no merecía ese trato. Lo tapó con una sábana beige con rosas violetas y cerró la vía para exigir la llegada del Eje de Homicidios de la Policía científica.
A pocos metros lloraban la esposa y otros familiares. Un solo balazo de escopeta terminó con la existencia del Técnico Superior Universitario en Agroalimentaria cuando se embarcó, en la avenida principal del barrio El Hoyito, en un bus de la ruta Maracaibo-La Concepción con su esposa y la menor de sus hijos. Tres asaltantes sometían a los otros 50 tripulantes, al chofer y al conductor.
Celmira González, su esposa, explicó que salieron a las 5.30 de la mañana de su casa para ir a Fuerte Mara a sacarse la cédula.
Los testigos explicaron que los atracadores esperaron a que se montaran y que la unidad rodara unos metros. Luego lo amenazaron, le arrebataron la cartera y la pañalera. Duque levantó la cabeza y reconoció a uno de los maleantes, este ordenó que detuvieran el bus, lo bajó y le disparó. La esposa de la víctima quedó atrapada en el colectivo, suplicó que la dejaran bajarse y unos 200 metros después la abandonaron en la carretera.
Los delincuentes escaparon. Buscaron refugio en las calles del barrio 15 de Julio, al oeste de la ciudad. Todavía no hay pistas sobre su paradero. El chofer del colectivo no hizo ni el intento por frenar para auxiliar a la víctima, siguió con su recorrido.