Sus parientes destacaron que según la Policía, el cuerpo, además de no tener los documentos personales, tampoco tenía unas prendas que la víctima siempre portaba
Cerca de la morgue de Maracaibo lloraban los parientes de Carlos Enrique Villalobos, de 46 años, cuyo cadáver apareció el pasado lunes en las inmediaciones del sector La Gallera del municipio Mara. Las mujeres reconocieron a su pariente por un collar de metal y su ropa.
Las Villalobos comentaron que lo vieron por última vez el pasado sábado a las 9.00 de la noche. Llegó a su casa en el camión Cheyene que la empresa con la que trabajaba le asignó hace dos años. "Le dejó un dinero a su madre. Estuvo un rato y se marchó sin decir para dónde. Desde ahí no supimos más de su paradero".
En la tarde del pasado lunes, unos perros callejeros que deambulan por la parroquia La Sierrita empezaron a escarbar lo que parecía una osamenta. Cuando los vecinos detallaron la extraña figura coincidieron en que se trataba de un hombre. Las características señaladas por los medios impresos llevaron a sus allegados a la morgue.
Allá corroboraron que se trataba de Villalobos. Sus parientes destacaron que según la Policía, el cuerpo, además de no tener los documentos personales, tampoco tenía unas prendas que la víctima siempre portaba. Aseguraron desconocer las razones que originaron su homicidio debido a que nunca manifestó sentirse amenazado.
El camión lo encontró la Policía en el sector Tronco Negro, a unos 500 metros de donde yacía el cadáver. Las únicas evidencias son un collar y un cartucho de escopeta calibre 12. Por el crimen no se descartan hipótesis.