Recordando al Bolerista de América

El cantante encontraba la inspiración en sus desdichas amorosas. El álbum Injusto Despecho fue dedicado a su exesposa, Mariela Montiel

Desde niño, el cantante y compositor mostraba interés en la música. A los 13 años, junto a dos de sus hermanos y vecinos del barrio de Maracaibo, El Empedrao, conformaron la agrupación Los Happy Boys que tocaba en diversos locales de la ciudad boleros puestos de moda por intérpretes tales como Alfredo Sadel, Olga Guillot y el chileno Lucho Gatica.

En 1957, trabajó en radio e incursionó en un espacio de aficionados en un show televisivo que entonces transmitía RCTV, obteniendo el tercer lugar. Al año siguiente, es uno de los primeros artistas en actuar en la primera televisora regional, Ondas del Lago TV de efímera existencia. Se presentó con la orquesta del trompetista, director de orquesta y compositor español, ya fallecido, Juan Arteta y su actuación le vale el ser contratado como parte del equipo artístico de la televisora y de la emisora de radio vinculada a esta. Regresó a Caracas en julio de 1958 y actuó en locales nocturnos, además de la emisora Radio Caracas Radio.

Al regresar a Maracaibo, fue contratado por la orquesta Los Peniques, con la cual se inicia como profesional. Sin embargo, su tránsito por esta orquesta no tuvo mayor relevancia grabando apenas dos canciones en el único álbum grabado con esta agrupación en 1960, titulado Carnaval con Los Peniques.

Carrera en ascenso

El músico, director y arreglista dominicano Billo Frómeta, en un baile, escuchó cantar a Felipe Pirela y mostró interés por sus servicios, pues estaba reagrupando su orquesta, la reconocida Billo’s Caracas Boys. Frómeta visitó a la familia de Pirela y solo anunció su decisión de contratarlo.

Con la orquesta Billo’s Caracas Boys, las voces de Felipe Pirela y Cheo García adquieren gran prestigio, individualmente, y en conjunto en los mosaicos (popurrís de canciones bailables) creados por Billo Frómeta.

Con esta orquesta, Felipe Pirela disfrutó de amplia popularidad. Tanta era la popularidad adquirida por Pirela que, en el programa de radio que tenía entonces Billo Frómeta, la mayoría de las cartas destinadas a dicho programa, eran dirigidas directamente al joven artista. Su popularidad llegó, pues, a opacar la del propio Frómeta.

Billo, sabiendo del potencial artístico de Pirela, ideó una producción que se convirtió en el primer trabajo solista del Bolerista de América sin separarse de la orquesta. Este álbum, titulado Canciones de Ayer y Hoy (1961), que reunió temas antiguos y de esa época, contó con la participación de una orquesta de cuerdas dirigida por el músico y la presencia de sus compañeros, Joe Urdaneta y Cheo García, como voces de respaldo.

En 1963 renunció Pirela a la orquesta y comenzó su carrera como solista. La renuncia se debía a un altercado que tuvo con Billo Frómeta, ya que el músico no se había enterado de que el cantante había recibido diversas propuestas, entre otras, de la compañía discográfica Velvet de Venezuela para grabar un disco y hacer presentaciones en México. Sin embargo, años después Pirela, fue contratado para cantar al lado de la orquesta Billo’s Caracas Boys, en febrero de 1971, un año antes de su muerte.

Pirela sumergido en despecho

El 18 de junio de 1964, se enamoró en una fiesta de Mariela Montiel Prieto, una adolescente de 13 años. Enseguida le propuso matrimonio y en un mes, formalizaron el compromiso, contrayendo matrimonio el 18 de septiembre de ese mismo año.

Ambos concibieron a su única hija Lennys Beatriz Pirela Montiel. En 1966 debido a un incidente doméstico y a la inmadurez de su esposa, el artista se divorcia bajo condiciones desventajosas impuestas por la familia de ella, hecho que marcó a Pirela para siempre. Entonces, Mariela Montiel divulgó declaraciones en diversos medios impresos que desprestigiaban al cantante y ponían en duda su conducta sexual. Con base a esta experiencia desafortunada, Pirela, compone su primer tema titulado Injusto despecho incluido en su álbum homónimo de ese mismo año.

Últimos años

En 1967 cumplió compromisos en Venezuela, México, Estados Unidos y Canadá. En México, durante una gira realiza su primer y único disco con guitarras titulado Boleros con Guitarras en el cual fue acompañado por el guitarrista Benjamín Correa y los restantes integrantes del trío Los Tres Caballeros y en diciembre de ese año, representa a Venezuela, junto a la cantante y actriz Lila Morillo en el Segundo Festival Latinoamericano de la Canción Popular, realizado en Miami, donde él obtiene el séptimo lugar.

Su segunda y última participación en festivales de canto se da en 1969 en la primera edición del Festival de la Voz de Oro de Venezuela, realizado en Barquisimeto.

¡Asesinan al Bolerista de América!

Inmerso en una fuerte depresión a causa del divorcio de su esposa y de la amarga disputa por la custodia de su hija, se marcha de Venezuela y se radica en Puerto Rico, donde es asesinado el 2 de julio de 1972 a los 32 años.

A Pirela le quitaron la vida cuando regresaba al Hotel Borinquen Towers, en San Juan, luego de una actuación en el centro nocturno Molino Rojo, ubicado en Caguas. Allí había estado cantando hasta las cuatro de la madrugada, y luego estuvo acompañado por varios amigos en otro sitio de diversión.

Eran las 9.00 de la mañana del domingo 2 de julio cuando Felipe Pirela se desplazaba por la zona hotelera de Isla Verde, frente al Hotel Cecilia’s Place, calle La Rosa, a cuatro metros de la entrada de ese hotel y a unos 10 kilómetros de San Juan. Desde un automóvil en marcha efectuaron disparos en contra del cantante, recibiendo este varios impactos en el cuerpo, cayendo mortalmente herido al pavimento, siendo auxiliado y trasladado al Hospital Presbiteriano en la ciudad de Santurce donde ingresó sin signos vitales debido a que uno de los proyectiles le había perforado la arteria aorta.

El cadáver fue identificado por Tony Chiroldes, promotor de espectáculos y por Francisca Berrío, periodista puertorriqueña, quien era pareja del artista y encargada de sus relaciones públicas.​

“Ajuste de cuenta”

Diez días después del homicidio, la Policía de San Juan capturó y responsabilizó del asesinato a Luis Rosado Medina, un mafioso con un extenso prontuario delictivo, quien aseguró que había matado a Pirela porque no le había pagado los estupefacientes que le había vendido a crédito: “Pirela me debía cinco mil dólares en cocaína, por eso decidí matarlo”.​

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