Recuperar la racionalidad

Aunque oficialmente no hay listas de racionamiento como en Cuba, en los establecimientos públicos y privados más de 30 productos son vendidos con restricciones

La grave situación de la economía venezolana, con índices de desabastecimiento, escasez e inflación sin precedentes, no es inédita en el mundo. Estas son las manifestaciones de un modelo económico inviable: el Socialismo de siempre. Como lo afirma el destacado economista húngaro J. Kornai especialista en la economía de países socialistas europeos, “los racionamientos de productos se convirtieron en la norma en vez de la excepción” en esos países. En el bloque soviético las listas de espera llegaron a todos los ámbitos: desde el arrendamiento de viviendas hasta cupos en las escuelas.

En Venezuela estamos viviendo algo similar. Según Datanálisis, el 87,4 por ciento de los venezolanos percibe racionamiento. En Caracas a fines de mayo, el índice de escasez alcanzó al 60 por ciento y promedia en el año 58,4 por ciento. La situación de la Provincia es peor aún. Aunque oficialmente no hay listas de racionamiento como en Cuba, en los establecimientos públicos y privados más de 30 productos son vendidos con restricciones. Cada día es necesario anotarse en más listas de espera para comprar productos esenciales. 

Según Datanálisis, el 50,2 por ciento de los encuestados culpa al Gobierno de la situación. Hinterlaces, empresa vinculada al régimen, ha tenido que dorar la píldora afirmando, que el 90 por ciento de los venezolanos piensa que “una alianza con el sector privado es necesaria para salir de la crisis”. Ni la centralización, ni el predominio del sector público, ni los controles y regulaciones y mucho menos las expropiaciones, han funcionado. Solo han destruido al mercado, haciendo cada vez más débil la oferta de bienes y servicios, ante una demanda alimentada con dinero inorgánico. 

Hace 30 años los países del bloque soviético dejaron atrás la economía de la escasez y las colas y están haciendo esfuerzos por aumentar sus niveles de desarrollo. Venezuela está hoy en una encrucijada similar: debería dar un giro hacia la economía social de mercado. Pero pareciera que el régimen, con sus asesores cubanos y españoles de nuevo cuño, se negara a ello. Prefiere que sigamos padeciendo escasez, colas y listas de espera, porque “el comandante supremo” les ordenó aquello de:”Socialismo o muerte”. Ya el murió pero nos dejó como herencia al  Socialismo inviable de siempre, que está acabando con la vida y la tranquilidad de la mayoría de los venezolanos. Hay entonces que recuperar la racionalidad.   

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