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El Ministerio de Salud de Venezuela decidió reforzar su política de distribución, control y seguimiento de medicinas e insumos médicos para asegurar que las compras que hace el Estado y las farmacéuticas privadas con divisas preferenciales en 6,30 bolívares por dólar, lleguen directo al paciente.
El ministerio separó la distribución de medicinas e insumos para garantizar un mejor soporte logístico. Es así como los medicamentos son distribuidos por el Servicio Autónomo de Elaboraciones Farmacéuticas (Sefar) y las inyectadoras, anestésicos, guantes y demás insumos médico-quirúrgicos se distribuyen desde el almacén robotizado construido por el Gobierno nacional, con apoyo de China, en Charallave, estado Miranda.
Desde este almacén se hace el traslado de los insumos a los otros cuatro depósitos ubicados en los estados Anzoátegui, Aragua, Lara y Barinas; de allí pasan a las direcciones regionales de salud y, posteriormente, a los hospitales.
Antes era el Sefar el encargado de la distribución general, sin embargo, luego de hacer un diagnóstico encontraron que era necesario “ordenar la casa”, como lo describe el viceministro de Hospitales del Ministerio de Salud, Francisco Hernández, en entrevista con AVN, el pasado miércoles.
El viceministro informó que luego de reorganizar el proceso distributivo nacional se han encontrado con un problema de distribución en los propios hospitales, centros que tienen almacenes que a su vez deben corregir viejas fallas ya convertidas en prácticas cotidianas, como la solicitud de guantes que no se necesitan porque son muy grandes para las manos de los médicos del país, o que se reciban insumos innecesarios en algunos centros de salud, como es el caso de anticonceptivos orales en hospitales de niños.
Hernández indica que en este proceso de reorganización, la participación del pueblo es fundamental. Por esa razón han facultado a los Comités de Salud de los consejos comunales para hacer contraloría y además promueven la conformación de brigadas de médicos integrales comunitarios que cursan los postgrados en Salud Pública y Gerencia Hospitalaria, para que entren a los almacenes de los hospitales y revisen qué pasa, qué se necesita, cuánto se gasta y qué puede intercambiarse con otros centros de salud.