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La reforma al plan de distribución con los Comités Locales de Abastecimiento y Producción está en puerta. Hay cadenas de supermercados en Zulia ya alineándose a la nueva medida que pretende volver a los establecimientos la venta directa de productos regulados. La incorporación del carnet de la patria y las listas de afiliaciones en tres redes privadas de mercados de Maracaibo, como principio del procedimiento, enlaza el cambio en los CLAP, anunciado por la Gobernación del Zulia.
Las tiendas privadas cuentan con los equipos computarizados y sistemas digitales para afinar el control ante la fallas en la distribución de los CLAP. Tienen captahuellas y mecanismos de registro para ordenar las ventas, que por “cuestión de populismos cambiaron a los CLAP, pero se dan cuenta que no les funcionan porque no llegaban a todos, y regresan la medida a los supermercados”, precisa Fátima Urdaneta, analista en ingeniería agrícola y alimentaria.
Considera que volverán las colas a las puertas de los establecimientos para “que llegue a donde no estaban llegando los productos que serán controlados por vía de carné”, estima. Al Gobierno “les falló la distribución aun habiendo cantidades y poca producida que no lograba llegar, por lo menos no en la frecuencia y promedio que aspiraban”.
No todas las cadenas tienen las tiendas alineadas. El plan se prueba en el oeste de Maracaibo. Al norte y casco central se mantiene la política de restricción. Fuentes internas de las empresas de servicios, que pidieron anonimato, destacan que “están llegando menos productos. Hasta tres semanas tarda en llegar harina, arroz”.
El abastecimiento se reforzará con las importaciones bajo supervisión del Estado, frente a una caída de la producción nacional, lo que obliga a revisar y modificar, más cuando en los CLAP se filtraban hilos “corrupción” por manejos particulares. Urdaneta estima que se puede reducir la irregularidad con el retorno de las ventas directas de alimentos a las redes pero “siempre aparecerán otras vías de corrupción”, asoma.
Urdaneta critica que “todas las alternativas” hasta ahora ejecutadas por el Ejecutivo para el abastecimiento de comida “son signos de inseguridad alimentaria”. La venta de un pernil en una carpa en la vía pública en temporada navideña “es crisis, inseguridad. Lo normal es que las personas puedan ir a comprar tranquilamente en un establecimiento. Ninguna alternativa es válida si no hay seguridad”.