Relumbrón electoral

El régimen incapaz, soberbio y forajido, aspira encandilar otra vez al pueblo, con ilusorias promesas repetidas, ya incumplidas durante muchos años 

Es obvio, ante los ojos de cualquier ciudadano, que el régimen militar venezolano, se mantiene en plena campaña electoral. Hasta los niños y adolescentes que estudian en escuelas y liceos, lo comentan con inusitada racionalidad. Las únicas que voltean la cara, cuando se producen los abusos de la dictadura, son las atornilladas damas del CNE.

Jamás en el país se abusó tanto de la paciencia del pueblo. Y nunca, Gobierno alguno había hipotecado los bienes y recursos de la nación para cubrir gastos de una campaña electoral; los gastos más onerosos que hoy se conocen en el mundo. El ventajismo del régimen raya en el descaro y la prepotencia. El peculado de uso es evidente. A propósito, ¿dónde están los dólares chinos?

Con las toneladas de dólares chinos que ingresan al tesoro nacional, a cambio de petróleo hipotecado a futuro y de participación en la privatización progresiva de PDVSA, la “revolución bolivariana” pretende cubrir cuantos espacios pueda con un manipulador relumbrón electoral. El régimen incapaz, soberbio y forajido, aspira encandilar otra vez al pueblo, con ilusorias promesas repetidas, ya incumplidas durante muchos años, y con un descomunal derroche de dinero, sin que la tragedia y calamidad que padece el pueblo, sean objeto de la prioridad que requieren.

Es una hora bastante crucial la que enfrenta Venezuela; hasta nuestra nacionalidad podría estar en peligro. La incapacidad y el autismo del nefasto régimen militar, sin mirar hacia los lados, ni siquiera para ver el rostro angustiado de familiares y amigos. El poder bélico de la cúpula dictatorial se usa para amedrentar. Y el poder económico, producto de la hipoteca del país, se usa, sin escrúpulo alguno, para costear la fatídica trácala del relumbrón electoral.

Que nadie se deje encandilar. Lo que han dejado de hacer en 17 años, jamás lo podrán remediar después del seis de diciembre. Y lo que han destruido, está demostrado que carecen de capacidad para reparar el daño que han causado.

Que nadie se deje encandilar. Tenemos un arma más poderosa que todo el arsenal bélico del régimen. Tenemos el voto. Si ejercemos ese derecho y buscamos electores, la “revolución” se desplomará, y Venezuela se salvará.

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