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Los equipos de salvamento han logrado que una pequeña parte del transbordador, que se hallaba sobre el lecho marino a unos 40 metros de profundidad, haya salido hoy ya a la superficie.
Se estima actualmente que sacar el barco, de 6.825 toneladas y una eslora de 145 metros, y llevarlo hasta el cercano puerto de Mokpo (suroeste) lleve en torno a ocho días, según informó un portavoz del Ministerio de Pesca y Asuntos Marítimos a la agencia Yonhap.
La operación es extremadamente delicada puesto que se cree que en el interior del barco pueden hallarse aún los cuerpos de nueve ocupantes del Sewol que nunca fueron localizados tras el trágico naufragio.
El Gobierno surcoreano se comprometió a extraer cuidadosamente el transbordador de cara a que estos restos puedan ser hallados y entregados a los familiares para que puedan realizar los ritos funerarios que manda la tradición coreana.
La operación, valorada en 85.100 millones de wones (70 millones de euros/76 millones de dólares), la ejecuta un consorcio chino que emplea dos remolcadoras equipadas con un complejo sistema de cables diseñados para conseguir que el casco, al que se le han adherido varios flotadores, no se incline lo más mínimo al ser extraído.
Para que el procedimiento se realice correctamente las condiciones del mar deben ser favorables, con olas por debajo del metro de altura y vientos de menos de 36 kilómetros por hora.
Una vez fuera del agua, los dos remolcadores moverán el Sewol hasta un buque semisumergible que debe transportarlo hasta Mokpo, donde las autoridades continuarán buscando los restos de los nueve desaparecidos y proseguirán su investigación sobre las causas del naufragio.
El hundimiento del Sewol, ocurrido el 16 de abril de 2014, ha sido el peor accidente marítimo en la historia de Corea del Sur.
En total, 304 personas, entre tripulación y pasaje, perdieron la vida, la mayoría estudiantes de secundaria que se encontraban en viaje de fin de curso.
La investigación oficial ha determinado hasta el momento que el Sewol llevaba más del doble de la carga permitida y que se produjeron graves errores humanos en el proceso de evacuación, lo que llevó a los tribunales a condenar al capitán del navío a cadena perpetua.
El caso también desató fuertes críticas contra la ya expresidenta Park Geun-hye por su gestión del suceso.