
En su día, ellos dicen que no tienen nada que celebrar. Los bajos salarios los obligan a buscar otras “entradas” y tanto su cámara como el anhelo de captar el momento no pasan por alto
Van a toda velocidad y en un abrir y cerrar de ojos su mirada se transforma en un ícono para el mundo. Llevan consigo pocas cosas materiales, pero su cámara jamás les puede faltar. Más que trabajar, la reportería gráfica se transforma en un estilo de vida que a pesar de lo “dura” que sea la calle, la hidalguía y el carácter debe transitar.
Hoy en Venezuela se conmemora el Día del Reportero Gráfico debido a la fundación del Círculo de Reporteros Gráficos en 1945. María Fuenmayor, no es ajena a la fecha y para esta joven que, lleva dos años “pateando” la calle, “la fotografía es lo que le permite captar el momento y llevarlo a la opinión pública”. En sus primeras incursiones sintió mucho temor porque no tenía certeza de lo que se conseguiría. “He tenido que vivir situaciones tensas. Hay mucha incertidumbre y mi familia siempre pide que me cuide”.
Su realidad es muy parecida a la de miles de venezolanos que deben recurrir a “matar un tigrito” para obtener otros ingresos y en su caso vende ropa. “La situación hace que nos sintamos mal. Me frustra saber que existen tantos riegos y ganamos tan poco. Tuve que autocensurarme por temor a represalias”. A pesar de no pertenecer a los mismos medios y compartir grandes amistades, cuando están ejerciendo todos son amigos y se “echan una mano”.
Superar las adversidades
Carlos Sosa trabaja desde hace 19 años en los medios. Seguía los pasos de su hermano cuando llegó a la fotografía. Durante este periplo recibió amenazas y ataques. “La realidad es difícil y somos un blanco fácil. No debemos hacer el trabajo con miedo, pero sí con precaución. No tenemos nada que celebrar. Debemos salir con cascos, máscaras o chalecos antibalas”.
Los trabajadores dicen sentirse mal y no sienten apoyo o respeto de las autoridades que deben protegerlos y colaborar. Las condiciones económicas por las que atraviesa el país y los medios de comunicación hacen que existan “muchas” limitaciones tecnológicas o de equipos de protección, sin embargo, “no somos ni de allá ni de acá, somos parte de la historia”, reitera Sosa.
La fotografía le apasiona e Iván Lugo dice que se “exponen por amor al arte” y en ocasiones se autocensura porque existen situaciones que tocan su fibra humana y ni siquiera “puede levantar la cámara”. Según el joven, con 12 años de carrera, nunca fue tan difícil ser reportero gráfico como ahora.
Roy Magallanes, secretario general del Círculo de Reporteros Gráficos seccional Zulia, detalló que desde el gremio se realizan capacitaciones y tienen el objetivo de que los miembros ejerzan profesionalmente su trabajo. “Hacemos un llamado a las autoridades civiles y policiales para que nos respeten. Se nos agrede y atropella al momento del ejercicio y esto no puede ocurrir”.
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