Representantes cierran la calle y exigen electricidad en la Escuela Néstor Luis Pérez

Los padres y alumnos cerraron la escuela y exigieron soluciones a Corpoelec.u00a0(Foto: Josu00e9 Gil)

Hace 15 días un transformador explotó y dejo sin electricidad la institución. Corpoelec les informó que no tenían recursos para sustituirlo. Al menos 100 representantes trancaron la calle 84 del sector Valle Frío ante el calor y ansiedad que sufren los niños dentro de las aulas. En el sector tres escuelas tienen deficiencias

“Queremos solución”, clamó un grupo de padres y niños frente a la Escuela Básica Dr. Néstor Luis Pérez tras encadenar la puerta del plantel. Ayer los representantes decidieron cerrar la calle 84 de extremo a extremo ante los 15 días sin electricidad que tiene el plantel.

El transformador que daba corriente a la escuela explotó y desde entonces los salones se volvieron un “infierno” para los pequeños de primero a sexto grado de primaria en los dos turnos. Cinthia González, madre de una niña de siete años, dijo que la oscuridad, el calor y la falta de agua generan ansiedad, enfermedad y llanto en los pequeños. 

Los niños con problemas de en la vista no pueden copiar las lecciones de la pizarra y su hija no aguantó las ganas de ir al baño y llenó de heces su uniforme. Esas situaciones afectan la estabilidad emocional del alumnado. “Para tratar de remediar redujeron las horas de clases, mientras se soluciona el problema de la luz pero ya pasaron dos semanas y nadie hace nada”.

Necesidad 

Al menos 100 padres acudieron para reclamar las condiciones en las que sus hijos deben ver clases, ya que no reciben respuestas satisfactorias de Corpoelec. Les informaron que no contaban con transformadores y posteriormente les dijeron que el problema no tenía solución.

A las deficiencias de servicio de electricidad y agua se suma el hambre de los pequeños. Mariela Villalobos, madre de dos niños, afirmó que el Programa de Alimentación Escolar (PAEZ) no llega desde diciembre y presumen que la mitad de los niños que van a clases no desayunan. Llegan con hambre y se van con hambre.  

Para el mantenimiento de la escuela, los padres organizan verbenas, colectas y actividades para reponer bombillos, comprar materiales de limpieza y comprar útiles que hagan falta. “Aquí están empezando a escasear hasta los pupitres porque el hampa no está perdonando nada”.

No entiende como la escuela, siendo competencia de la Gobernación del Zulia, no recibe los beneficios y las soluciones correspondientes. 

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Represión  

La manifestación estuvo acompañada por funcionarios de la Policía Regional, quienes llegaron para advertir a las madres sobre las consecuencias de cerrar un tramo de la arteria vial del sector Valle Frío. “Si no quitan los troncos y se van, vamos a llamar a la Brigada Antimotín para que les lanza bombas lacrimógenas”. 

Las madres se envalentonaron  y los invitaron a proceder con ellas y los infantes presentes. Milagros Valbuena, representante de una pequeña de quinto grado, tachó las amenazas como “el colmo” ya que los cuerpos de seguridad del estado “deberían” preservar la seguridad de los niños y velar porque el hampa no continúe afectando los procesos educativos. 

Recordó que en las instalaciones del plantel desde noviembre se registran hurtos de aires acondicionados, pupitres y material didáctico. Mencionaron la escuela Gustavo Rísquez y el preescolar José Encarnación Serrano del sector forman parte de las instituciones que registraron hurtos consecutivos y deben impartir clases en condiciones “infrahumanas”.

A la fecha no reciben respuestas de seguridad para la zona, pero observaron la asistencial “puntual” de las seguridades para reprimir la protesta por lo que las madres se mantienen firmes en las acciones de calle y están dispuestas a cerrar las calles a diario hasta conseguir la respuesta de las autoridades regionales y nacionales.

 

613 niños conforman la matrícula de la escuela.

 

Silencio

Los docentes observaron desde lejos las acciones de las madres ya que les impidieron el acceso a su zona de trabajo. De acuerdo a uno de los docentes, que no se identificó, no se oponen a la medida de presión ya que consideran necesaria la intervención de la Gobernación, pero se les exige mantener silencio e impartir clases “como sea” si no quieren ser despedidos.    

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